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«¿Quiso acabar con su vida? Sí, lo reconozco»

«¿Quiso acabar con su vida? Sí, lo reconozco»

Antonio Gustavo O. Q. confesó los hechos. Reconoció ayer, ante el tribunal de la Audiencia Provincial y sin ambages, que había intentado asesinar con extrema crueldad a la que era su esposa y madre de sus dos hijos. Lo hizo a preguntas de la fiscal Cristina Coterón y la acusación particular, Pino de la Nuez, en una vista oral que contó con una presencia de medios de comunicación extraordinaria.

Jueves, 1 de enero 1970

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Y todo por un motivo más que justificado, aunque el abogado del acusado se encargó de calificarlo como un «circo mediático». Se sentaba en el banquillo el hombre acusado de haber torturado a cuchillada limpia a su mujer, a la cual también había maltratado y humillado de manera sistemática desde 2009 hasta el 16 de enero de 2017, cuando «perdió la cabeza», como declaró un agente de policía en la vista, e intentó asesinarla.

«¿Quiso acabar con su vida?», le preguntó la representante del Ministerio Fiscal: «Sí, lo reconozco», respondió Antonio Gustavo O. Q., que utilizó esa frase para responder todas las preguntas que le formularon durante el interrogatorio.

Tras su confesión, llegaba el turno de la víctima, quien pidió no tener que estar cerca del individuo que quiso asesinarle en su casa de San Roque y declaró por videoconferencia. La misma no profundizó en los hechos puesto que, como mismo sostuvo su defensa en el informe final, al haber reconocido los mismos el autor, no querían que tuviese que recordar ese trágico día. Sólo acertó a decir, con la voz entrecortada, que reclamaba las indemnizaciones correspondientes a las lesiones físicas y psicológicas y también reconoció que muchos de los malos tratos y vejaciones que sufrió a manos del que era su marido, fueron en presencia de sus dos hijos menores de edad.

El acusado apuñaló a su esposa en el pecho, el cuello, el vientre y los brazos, y que luego la cogió del cabello y la arrastró por el suelo escaleras abajo, mientras ella imploraba que la ayudasen. Intentó entonces rematar a su mujer: primero le hundió hasta el fondo uno de los cuchillos, que ya tenía clavado en el pecho, y después comenzó a hacerle cortes en el cuello con el otro, «con la intención de decapitarla», dice el fiscal. En ese momento, la víctima fingió, con una enorme sangre fría, estar ya muerta y el procesado soltó el cuchillo, mientras espetaba: «¡Se acabaron los problemas!».

Ahora, le piden 16 años con la tenuante de confesión.

Un «sometimiento total» hasta que quiso matarla

La fiscal Cristina Coterón subrayó durante la vista oral que los hechos que reconoció haber cometido Antonio Gustavo O. Q. fueron «el colofón a ocho años de malos tratos en el seno del matrimonio, en los que el procesado sometió a su mujer a constantes insultos, desprecios y acciones humillantes y vejatorias», dijo en la sala. La representante del Ministerio Público no dudó en calificar los hechos enjuiciados «de un sufrimiento inhumano, deliberado y con extraordinaria crueldad», a la vez que hacía especial hincapié en los agravantes de parentesco y género. «La situación vivida por la víctima con el acusado fue de sometimiento total hasta que intentó asesinarla. Y todo ello, en muchas ocasiones, en presencia de los hijos menores de edad», enfatizó Cristina Coterón.

Por su parte, tanto su defensa como la acusación popular, ejercida en ambos casos por la letrada Pino de la Nuez, de la Asociación Themis, se declaró conforme con la petición de penas propuesta por el Ministerio Fiscal, aunque añadió que pedía «como medida accesoria, que se le retire la patria potestad sobre sus dos hijos», manifestó.

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