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Viudedad, aislamiento y soledad: efectos sobre la salud

Viudedad, aislamiento y soledad: efectos sobre la salud

«Los adultos mayores son muy vulnerables a sufrir la soledad y el aislamiento social, con frecuencia de forma voluntaria, situación sobre la que se debe interactuar para evitar su deletéreo efecto sobre la salud».

René de Lamar / Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 1 de enero 1970

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Está demostrado que la soledad, el aislamiento y la disminución de contactos sociales al envejecer inciden negativamente sobre la salud de los adultos mayores afectados, con mayor impacto sobre aquellos que viven solos tras la pérdida de su pareja, por lo que detallamos en el artículo de hoy los efectos más relevantes sobre la calidad de vida.

El envejecimiento se asocia a cambios, pérdidas y duelos a todos los niveles, con una reducción de las capacidades sensoriales y en actividades que antes eran fuentes de placer.

La salud psíquica es una situación de funcionamiento mental exitoso, que genera actividades productivas, relaciones plenas con otras personas y habilidad para adaptarse a los cambios y enfrentarse con la adversidad.

Enviudar en la vejez, tras un periodo de relación matrimonial que por regla general abarca varias décadas, genera a la personas relevantes consecuencias en todos los ordenes de la vida.

No es solo el profundo dolor que provoca la pérdida del cónyuge, sino afrontar cambios sustanciales en las esferas básicas de su existencia, algunas van sucediendo poco a poco y para asimilarlos cuentan con la ayuda de familiares amigos o vecinos.

En cambio otras situaciones sobrevienen de inmediato y exigen al mayor una extraordinaria fortaleza interior.

Probablemente el reto más importante sea enfrentarse a la soledad, en algunos casos por primera vez en su vida.

Lo que pudiéramos definir como sentimiento de soledad puede afectar a los seres humanos en cualquier etapa de la vida, pero sin lugar a dudas tiene una connotación especial en los mayores de 65 años.

La pérdida de la pareja de muchos años puede generar un deterioro importante del cónyuge también mayor, con impacto no solo sobre la salud psíquica sino también sobre enfermedades crónicas hasta ese momento controladas como la hipertensión arterial y diabetes mellitus entre otras.

La viudedad y su repercusión sobre la salud suelen generar un cambio importante y frecuentemente trascendental en las relaciones sociales de las personas afectadas, haciéndolas más vulnerables a la soledad y a padecer sus negativos efectos.

Recientes investigaciones sobre el tema han vinculado el sentimiento de soledad con el estado civil de las personas mayores.

​Reviste gran importancia brindar toda la ayuda y el apoyo necesario para que las personas se adapten a la viudedad de la mejor manera posible.

Otro elemento ligado al sentimiento de soledad es el hecho de residir en un hogar unipersonal, las personas mayores que viven solas registran niveles de soledad superiores que las que poseen otras formas de convivencia, principalmente en varones.

Sin lugar a dudas la soledad suele asociarse con la salud, las discapacidades físicas y las enfermedades mentales pueden ser desencadenantes sobre todo si viven solas.

Salud y soledad están negativamente asociadas ya que la soledad puede ser per se un factor de riesgo para que la salud empeore.

Diversos estudios epidemiológicos han abordado la influencia especifica de la depresión como predictora del sentimiento de soledad, lo que va en dos direcciones ya que mayores niveles de soledad generan más síntomas depresivos en personas mayores.

Aunque resulte curioso y paradójico recientes investigaciones concluyen que el sentimiento de soledad es más elevado en los países mediterráneos que en los nórdicos, probablemente por tener unos valores culturales diferentes.

En realidad aun existe un conocimiento limitado de cómo perciben plenamente y describen el sentimiento de soledad aquellas personas mayores introvertidas que lo sufren.

El fallecimiento de la pareja genera un vacío emocional profundo, muy difícil de rellenar, se dejan atrás muchos años de matrimonios duraderos y se encuentran con la soledad tanto interna como residencial lo que genera en muchos casos trastornos depresivos.

Ante la feminización de la vejez el número de viudas cada vez crece más en nuestro medio, cada vez hay más personas que pasan de vivir en pareja a hacerlo en solitario, ocupando como viudas la misma vivienda que tenían de casadas.

Se mantienen en el mismo lugar donde construyeron su familia y criaron a sus hijos teniéndose que adaptar a una nueva y dura situación, la pérdida en muchos casos es un vacío que «siempre está».

Hay muchos mayores que toman las riendas de su autocuidado, no porque se vean desatendidas por sus familiares, sino porque ellas mismas prefieren no molestarlos en lo posible, pero a su vez el autocuidado como norma puede activar el sentimiento de soledad.

Vivir en solitario conlleva un importante riesgo de padecer un accidente doméstico o enfermedad repentina sin que haya nadie en la vivienda para socorrerlos rápidamente, saberse expuestos a ello puede generar una sensación de inseguridad y una actitud de resignación, sobre todo de noche, donde el sentimiento de soledad es más intenso.

Hoy en día hay una disminución de la convivencia intergeneracional en nuestro país a lo que se suma la creciente incorporación de la mujer al mercado laboral con la consiguiente dificultad que encuentran para ejercer el rol de cuidadoras de sus familiares en la medida que solían hacerlo tradicionalmente.

Datos a tener en cuenta

Desagradable. El sentimiento de soledad es para la mayoría de las personas una experiencia desagradable.

Protección. Se ha constatado el efecto protector del matrimonio contra la soledad, principalmente cuando existe una elevada calidad relacional.

Orden. Esté científicamente demostrado que depresión y soledad tienen un efecto sinérgico entre sí aunque cambie el orden del binomio.

De noche. El fallecimiento de la pareja genera un vacío emocional importante y que se nota principalmente de noche.

Indefensión. La viudedad genera una sensación de indefensión, ya que la persona teme enfermar o sufrir un accidente estando sola en casa.

Futuro. La incertidumbre ante el futuro cuando piensan en quien podrá ocuparse de ellas si necesitan ser cuidadas es frecuente y activa el sentimiento de soledad.

Apoyo. Debemos brindar a los mayores afectados comprensión y apoyo para evitar

situaciones de aislamiento social y soledad en la mayor medida posible.

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