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«Los cánones son los que tú quieras». Esta es una de las ideas que la grancanaria Carmen Artiles pregona a través de su proyecto 'Curvy elegante'. Una marca personal creada hace cuatro años con la que pretende ayudar a mujeres a sentirse cómodas dentro un cuerpo que la sociedad deja al margen de los estereotipos encomiables.
Su tarea para ensanchar la rigidez estética y mental ha sido valorada por la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (Fedepe) que le concedió hace unas semanas el premio Socia Fedepe 2023 en un acto celebrado en el Instituto Cervantes de Madrid.
¿Pero qué es 'Curvy elegante? «La finalidad es transmitir mi experiencia; la de una niña grande, que lo pasó mal por ser grande, y que ahora se siente una mujer única», comenta Artiles (Las Palmas de Gran Canaria, 1984), que en sus años de docente pudo comprobar cómo, a partir de los doce años, los niños y niñas que tienen cuerpos o una nacionalidad diferentes son víctimas de mofas y acoso.
«Quiero aportar mi legado para eliminar cánones de belleza a través de un objetivo principal: fomentar la autoestima de las personas, que se conozcan, se acepten y se superen. Que entiendan que las líneas curvas también son sanas, que se puede llevar desde una talla 38 a una 48 con salud. Eliminar los cánones es algo utópico pero merece la pena intentarlo», dice la actual coordinadora de los programas de Lenguas Extranjeras de la Dirección General de Ordenación, Innovación y Calidad Educativa del Gobierno de Canarias.
¿Y cómo alcanza estos objetivos? «'Curvy elegante' es un proyecto personal, una marca que presta servicios personales de asesoramiento de imagen integral, conferencias y talleres, tanto a mujeres emprendedoras como a mujeres en riesgo de exclusión», precisa Artiles que también transmite sus ideas a través de las redes sociales y en su libro 'Eres perfecta. Conócete, acéptate y supérate'.
«Parece que tener un cuerpo distinto es negativo y hay que entender la diferencia y la diversidad como una riqueza. Por ejemplo, yo soy grande. Se me ve mucho, pues ya que soy muy visible, habrá que potenciar esto y ser un referente», comenta Artiles, que también enfoca su lucha contra los trastornos de la conducta alimentaria auspiciados por una sociedad que no tolera a las personas con tallas grandes.
«Intento transmitir la importancia de conocer tu cuerpo, abrazar las diferencias o imperfecciones y hacerlo perfecto en base a la superación, que no se comparen con otras personas sino consigo mismas», relata Artiles.
De hecho, su proyecto, además de asesorar en cuestiones de imagen, promueve procesos de transformación para mejorar la imagen y la salud, con la ayuda de un endocrino. Artiles no defiende la idea del 'body positive', es decir, dar como bueno un cuerpo insano ajeno al autocuidado. «Con una obesidad mórbida no puedes tener una vida plena», subraya.
En todo caso, la obsesión con el peso solo trae problemas. «Un mundo nuevo se te abre cuando eliminas la palabra dieta y la sustituyes por 'habito saludable'», subraya esta licenciada en música y trompista profesional, que ha ejercido la docencia musical durante 13 años.
Artiles es optimista y piensa que, con el empuje de proyectos como el suyo, la sociedad está abriéndose a la eliminación de los estereotipos, como lo demuestra el hecho de que las mujeres grandes estén empezando a asomar por las pasarelas. «Desfilé en la última edición de Moda Cálida. Es un pasito más», afirma.
También se ha percatado de que las marcas de ropa están intentando «limpiar su imagen» y empiezan a incluir entre sus modelos a personas de edad, con tallas grandes o racializadas. «Las grandes pasarelas piden a las agencias de modelos a una persona grande, una negra y una pelirroja», confirma, pero en las tiendas de moda es más difícil ver a personas ajenas a los cánones estéticos como dependientes.
«Es por el efecto 'halo'. Un sesgo cognitivo por el que al ver a una persona guapa que cumple los cánones estéticos aceptados socialmente en una tienda crees que es amable y educada, de buena familia. Te haces ideas preconcebidas solo por el aspecto», sostiene la experta que detecta cierta gordofobia instalada en la sociedad.
«Existe en pequeños comentarios que se hacen o en el simple hecho de asociar que una persona flaca es elegante por serlo. Las curvas también pueden ser elegantes», sostiene esta mujer que también rompió los cánones al profesionalizarse como intérprete de un instrumento de viento, un sector muy masculinizado. «
«La gordofobia se nota en los gimnasios. Cuando llego a un gimnasio nuevo, me dicen: 'haz lo que puedas' y soy de las personas que más puedo. El monitor lo dice con cariño, pero a una chica con la talla 38 no se lo diría», recalca.
En un entorno tan hostil con lo diferente, lo idéntico se impone. «De la cirugía estética me alarma, no solo ver cuerpos, sino sobre todo caras iguales. Una persona con autoestima puede hacerse un retoque menor en la piel pero no se cambia la cara. La diferencia en los pacientes de tratamientos estéticos la marca la autoestima», indica.
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