La gripe se resiste a desaparecer en Canarias en una temporada de una duración anómala
La incidencia, pese a ser baja, se mantiene por encima de lo habitual a esta altura del año. Se han producido dos oleadas en fechas inusuales
Este año la gripe se está mostrando más imprevisible que nunca en Canarias, con una temporada en la que se han producido dos oleadas, una en diciembre, antes de lo habitual, y la segunda, en marzo, frente al único pico que presentaba en los años previos a la pandemia, habitualmente en febrero.
«Es anormal que sigamos teniendo gripe a estas alturas de la temporada», señala el jefe de sección de Epidemiología y Prevención de la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias, Amós García Rojas.
En anteriores temporadas, en estas fechas, la circulación de la gripe era más residual. De hecho, antes de la pandemia de covid, la temporada se daba por cerrada en torno al 20 de mayo, con incidencias que rondaban unos 15 casos por 100.000 habitantes.
Las tasas de contagios, sin embargo, están aún lejos de estos mínimos y a nivel estatal se calcula que la incidencia en la primera semana de abril era de 294 casos por 100.000 habitantes, superando el primer pico de gripe alcanzado el pasado mes de diciembre (254). En Canarias, sin datos concretos de la incidencia de la gripe hasta que concluya la temporada, la incidencia es inferior a la de la península pero superior a la de otros años en estas fechas, según comenta García.
De hecho, puede que el seguimiento epidemiológico se prolongue más que otros años ante esta larga y atípica evolución de la transmisión del virus.
«Durante la pandemia el uso de la mascarilla tuvo un impacto fenomenal frente al Sars-Cov-2 e impedía que tuviéramos casos de gripe y de virus sincitial. Cuando se prescindió de la mascarilla, los virus típicos del periodo invernal recuperaron su nicho biológico», explica García.
Esta reentrada de los virus ha sido muy particular. «El comportamiento de la gripe ha tenido dos características: los casos aparecieron antes de lo habitual y han dado lugar a algo absolutamente atípico, dos ondas epidémicas», señala el epidemiólogo, si bien resalta que la irrupción de la influenza en Canarias ha sido menos intensa que en el resto del Estado. Además, señala que, en estos momentos, la transmisión de la gripe en el archipiélago está remitiendo y tiende a normalizarse.
«Lo normal era tener una única onda estacional entre enero y febrero, pero esta vez hubo un primer pico en diciembre y un segundo a finales de febrero, ya entrando marzo», afirma.
El coronavirus sigue generando más hospitalizaciones
En todo caso confía que los virus, tanto el de la gripe como el sincitial, normalicen su comportamiento en las próximas temporadas y que retomen su carácter netamente invernal con un solo pico epidémico.
En todo caso, a priori, «en cuanto a números absolutos, la actual temporada no ha tenido una gran diferencia con la anterior», asegura el experto.
Sin embargo, pese a que la incidencia de la gripe sea mayor que la de la covid, el virus de Wuhan sigue generando más hospitalizaciones. «Tiene cierta lógica. La gripe, sea cual sea el microorganismo que la origine, tiene un porcentaje de recuerdo inmunitario en nuestro organismo porque convivimos año tras año con ella. Con la covid solo llevamos tres años conviviendo y eso explica un mayor de casos con complicaciones en personas lábiles», puntualiza.
A esta presencia prolongada de la gripe, se suman las alergias estacionales que se acentúan en estas fechas, también en Canarias, pese a que el archipiélago viva en una primavera perenne en lo climatológico. «Las personas alérgicas notan la primavera en Canarias por los procesos de polinización», apunta García.