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Vacunación contra la viruela del mono en Washington (EE UU). Reuters
La estigmatización de los enfermos dificulta el rastreo de la viruela del mono

La estigmatización de los enfermos dificulta el rastreo de la viruela del mono

La mayoría de los casos sigue produciéndose en hombres que tienen sexo con hombres, pero España notifica el contagio de un niño y de ocho mujeres

Álvaro Soto

Madrid

Domingo, 3 de julio 2022, 23:11

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La lucha contra la viruela del mono se está topando con un enemigo inesperado: la dificultad para rastrear los contactos de los infectados. Desde el inicio del brote, a mediados de mayo, la explosión de casos entre hombres que han tenido sexo con hombres ha supuesto una estigmatización de la enfermedad, que se ha percibido en la sociedad como un virus que solo afecta a los homosexuales. Las autoridades sanitarias han detectado que muchas personas que sufren síntomas son reacias a acudir a sus centros de salud, lo que impide romper las cadenas de transmisión.

La preocupación por la vigilancia de la enfermedad ya alarma a los especialistas. La pasada semana, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) hizo un llamamiento a la «sociedad civil» para «generar confianza en el rastreo de contactos y garantizar que estas estrategias y la comunicación de riesgos que las acompañan se adapten a los grupos afectados, al tiempo que se reduce la estigmatización».

Los expertos europeos son conscientes de que la inmensa mayoría de las infecciones continúan produciendose entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, pero a la vez, encuentran más casos entre otros grupos de población. Así, animan a las personas de riesgo a «conservar los datos de sus contactos sexuales para facilitar el rastreo» y piden a los organizadores de eventos en los que se realizan actividades sexuales anónimas que informen a los participantes si en los días siguientes detectan que se ha producido un brote. Pero también reclaman utilizar «un lenguaje respetuoso que no relacione la transmisión de la enfermedad con la orientación sexual o las prácticas sexuales» porque, recuerdan, la viruela del mono puede convertirse en una enfermedad peligrosa sobre todo para personas inmunodeprimidas, mayores y niños.

La magnitud del brote está llevando la enfermedad a otros colectivos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó el viernes de que en las dos últimas semanas, los contagios se han triplicado en Europa hasta alcanzar los 4.500. «Los casos deben ser encontrados e investigados por un laboratorio, y los contactos deben ser identificados rápidamente para que el riesgo de propagación se reduzca», avisó el director regional para Europa de la OMS, Hans Kluge. «El brote evoluciona rápidamente», recordó el experto, «y cada hora, cada día y cada semana amplía su alcance a grupos y zonas que antes no estaban afectados».

El pasado martes, el Ministerio de Sanidad registró el primer caso de un niño, de tres años (no aportó más información), y también hay por lo menos un infectado de 67 años, pero el rango principal de edad de los afectados está entre los 31 y los 44. En su último informe, el departamento de Carolina Darias registra 800 casos en total, aunque admite que existen retrasos en la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Renave). Según el recuento de las comunidades, la cifra asciende ya a unos 1.500 pacientes.

Sanidad asegura que dispone de datos sobre el mecanismo de transmisión de 273 de los 800 contagios contabilizados. En ellos, el 93,4% de las infecciones se produjo por contacto estrecho en el contexto de relaciones sexuales de alto riesgo y el 6,6% por contacto estrecho no sexual. Por sexos, 792 se han registrado en hombres y ocho en mujeres y todas las comunidades autónomas, salvo La Rioja, ya tienen alguno. Respecto a los síntomas, la mayoría presentó exantema (cambio de color de la piel o irritación) anogenital (65,8%) y en otras localizaciones (53,9%), fiebre (55,9%), astenia (41,4%) y linfadenopatías (agrandamiento de los ganglios linfáticos) localizadas (40,6%).

El catedrático de Microbiología de la Universidad de Salamanca Raúl Rivas coincide en que, en todo el mundo, uno de los grandes problemas que están encontrando los investigadores tiene que ver con la falta de información fiable. «Una parte de los contagiados no está dando información sobre sus parejas o sobre las personas con las que mantiene sexo y si no se ofrecen esos datos, pueden aparecer nuevos obstáculos, por ejemplo, en la vacunación», subraya Rivas.

Esta semana, España recibió las primeras 5.300 dosis de la vacuna de Inmanex (comercializada con el nombre de Jynneos) contra la viruela, que también tiene una alta efectividad contra la viruela del mono. El protocolo aprobado por la Ponencia de Vacunas establece que recibirán el compuesto las personas consideradas como contactos estrechos, en este caso, las que hayan estado en contacto con un positivo en los cuatro días previos.

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