El último informe Foessa ya describía que, en esta última crisis económica provocada por la sanitaria la brecha de género «se ha acrecentado: si bien el empeoramiento de la situación social de los hogares ha sido generalizado, en efecto, la caída ha sido mayor entre aquellos que recibían su ingreso principal de una mujer». Así lo recordó ayer la secretaria de Cáritas, Caya Suárez, quien abundó en que «el rostro de la pobreza en Canarias es un rostro de mujer».
Según la memoria 2021 presentada ayer por la institución, el 63% de las personas que se acercan a la ONG en busca de ayuda son mujeres. La edad media es de entre 40 y 59 años.
Además, señala la memoria, ocho de cada diez hogares a los que atiende la institución son «monoparentales sostenido por una mujer sola, con menores a su cargo», lo que representa el 40,6% de las familias atendidas por Cáritas.
Otro dato destacable de la memoria de la ONG es que también la mayoría son mujeres de nacionalidad española, en concreto el 58,6%.
En el perfil sociodemográfico elaborado por Cáritas en base a las personas atendidas el pasado año destaca igualmente que el 72,6% no tiene empleo y que hasta el 41,1% de esas personas solo tiene estudios primarios.
El 57,4% no percibe ningún tipo de ingresos, ni por trabajo ni por ayudas sociales. Pero el 8,2% sí tiene un trabajo, aunque este no le proporciona el suficiente aporte económico como para mantenerse a flote.
La memoria de Cáritas habla también del «nuevo rostro de las familias» a la pobreza debido a la covid-19. «Familias que antes de la pandemia tenían empleo, vivienda, cierto nivel de estabilidad y, que de forma sobrevenida, han quedado sin recursos cayendo en la exclusión social». De hecho, Cáritas atendió en 2021 en la provincia de Las Palmas a 250 familias desde el servicio de prevención de la exclusión social y el desahucio. De ellos el 63% eran hogares encabezados por una mujer y el 92% no tenían ingresos por trabajo.
Víctimas de trata
A través del proyecto Lugo, desde Cáritas se ha observado, explicó ayer la secretaria de la ONG, Caya Suárez, que «el último año ha habido un incremento del 114% en la detección de mujeres víctimas de trata con fines de explotación sexual».
«Es un proceso de cercanía, de acompañamiento a una realidad de exclusión social y pobreza, y hemos ido detectando qué lo que las ha llevado a esa situación es la trata. Es una realidad que va mucho más allá de lo que entendíamos», reconoció Suárez.
Durante el año 2021 la intervención en «contextos de prostitución» ha permitido a Cáritas acercarse a 407 mujeres. El 51% tiene entre 35 y 49 años, el 66$% es de origen extranjero y el 44% de ellas está en situación administrativa irregular.
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