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Bomberos y personal de la UNE en Bonaire. Policía Nacional

Esperanza en el rescate de Bonaire: sin muertos en el parking

Todos los coches inspeccionados en la zona subterránea no tienen víctimas pero falta por revisar el muelle de carga. «Se ha revisado todo y no se ha encontrado nada» confirmó Rafael Sancha, portavoz de los bomberos de la Diputación de Huelva

Juan Carlos Villena

Valencia

Lunes, 4 de noviembre 2024

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El rescate de las zonas subterráneas del centro Comercial Bonaire está siendo, hasta la fecha, el más complejo de los que se han efectuado desde que la riada asoló L'Horta Sud hace una semana. Más de cien efectivos, entre la UME, los Zapadores, los bomberos y la Policía Nacional trabajan desde el domingo diseñando una actuación que este lunes tuvo su fase más importante y con una resultado de gran esperanza. Para comprender los pasos del operativo, los 2.000 metros cuadrados de la zona subterránea de Bonaire donde el mayor porcentaje corresponde al aparcamiento de vehículos, se están tratando como una unidad. Este lunes, la inspección llegó a esa gran zona central del aparcamiento de una planta con capacidad para 2.500 coches, con el resultado de que no se encontraron víctimas en el interior de ninguno de los vehículos. Así lo confirmó Rafael Sancha, portavoz de los Bomberos de la Diputación de Huelva, una de las unidades que ha participado en el rescate: «Puede quedar un metro de agua pero los vehículos están totalmente revisados, señalizados y todos descartados. Hemos hecho una inspección ocular y se han revisado los coches, desde dentro y por debajo. Se ha revisado todo y no se ha encontrado nada». Ese fue el punto donde terminó la primera jornada del rescate. Este martes arrancará la segunda, donde si no hay ningún contratiempo será la definitiva para cerrar el operativo. Es por ello que hasta no cerrar esa unidad de acción no se volverán a dar datos definitivos.

Comenzar esta segunda jornada de trabajo sin encontrar ningún fallecido, más que una esperanza es un pequeño milagro, dada la dimensión del aparcamiento y la realidad de que el centro comercial estaba abierto, con trabajadores y clientes, cuando llegó la riada el martes 29 de octubre sobre las ocho de la tarde. Este martes, tal y como confirmaron a este periódico fuentes de la Policía Nacional, seguirá la inspección en la zona del muelle de carga, que se comunica con el parking de vehículos y que la UME, como se ha explicado, considera dentro del mismo operativo. «Aún no se ha podido acceder al interior de ahí porque hay mucha agua», confirmó el portavoz de los bomberos onubenses. Esa parte final del rescate se llevará a cabo en esa zona subterránea, donde las tiendas se abastecen de sus productos, y en la zona cercana a la entrada, la conocida como plaza de Bonaire, donde cedió una de las rampas del acceso peatonal y se anegaron las escaleras mecánicas. Otro dato de esperanza reside en que sólo se movilizó un servicio de los dos que se habían puesto en alerta el lunes por la mañana; las grúas y los forenses. A primera hora de la tarde, llegaron los vehículos que comenzarán a extraer los coches una vez termine el operativo. Los forenses, y la policía judicial, recibieron el aviso de que no se iban a necesitar sus servicios en esa primer jornada de rescate en el centro comercial.

La compleja operación de rescate comenzó con sus trabajos previos este domingo, con una unidad de los Zapadores Paracaidistas de Alcantarilla que abrió el acceso hasta la entrada del aparcamiento para que pudieran acceder los camiones de bomberos e introducir las bombas de extracción, tanto las de compresión como las eléctricas. Una de ellas, de gran caudal y capaz de sacar 600 metros cúbicos por minuto, se colocó en la entrada principal, por donde fueron accediendo los equipos de buzos, relevados en turnos de aproximadamente una hora, durante los trabajos de rescate realizados este lunes.

Por poner la operación en su contexto, la UME estimó en 200 millones de litros de agua los estancados al pasar la riada y no se pudo acceder a una primera inspección a golpe de dron hasta que el nivel bajó a los dos metros. Cuando se consiguió llegar a los 1,5metros, gracias al empleo de medio centenar de bombas de extracción, se procedió a una inspección visual, en kayak, por parte de los bomberos. Los trabajos de achique realizados este lunes por la mañana permitieron bajar el nivel del agua hasta un metro. Ahí, se emplearon a la vez los cuatro drones de la Policía Nacional y el resultado de ese reconocimiento, tal y como informó este periódico, permitió certificar que en los primeros 50 coches que pudieron observar no había víctimas mortales en su interior. Esa fue la primera esperanza para los bomberos, en un operativo donde están participando dotaciones de Huelva, Valladolid y Logroño. Otro de los aspectos que indican que la gran mayoría de la operación de rescate se ha consumado, con todos los coches inspeccionados sin víctimas, es que la dotación de bomberos de Pucela fue destinada por la tarde a Catarroja.

«Nunca había visto una tragedia de estas dimensiones. Cuando veníamos por la carretera lo hablábamos entre los compañeros, porque ha sido un camino muy largo con muchas carreteras cortadas, y nos quedamos perplejos con la devastación. Daba incluso un poco de miedo y no dábamos crédito», reconoció a LAS PROVINCIAS el bombero Rafael Sancha, que explicó esa doble extensión del parking –que no alturas porque sólo tiene una planta– que hace que aunque se hayan revisado todos los coches, y marcados como limpios de víctimas, aún no puede darse por cerrada la operación de rescate: «Es un operativo muy complejo porque el problema que hemos tenido es que las zonas de parking están comunicadas, entre el principal y los bajos comerciales o muelles de carga con lo que había una gran cantidad de agua. Ha costado que baje el nivel pero por fin hemos conseguido introducir compañeros que son los que han estado inspeccionando por dentro el parking». A pie de calle, o de barro puesto que todo el aparcamiento exterior de Bonaire sigue estando lleno de fango, los distintos relevos de los bomberos no podían ocultar su rostro de satisfacción al terminar su turno, que realizaron en grupos de tres, al salir de las entrañas del aparcamiento sin tener que comunicar que habían encontrado alguna persona fallecida en el interior de los coches. «Desde que montamos el operativo en Huelva nos pusimos a disposición de la Comunidad Valenciana, para ayudarles en todo lo posible, y desde que llegamos nos asignaron un trabajo y estamos aquí en Bonaire ayudando en todo lo que podemos y en lo que nos están mandando. Es cierto que con este parking se montó un gran revuelo y cuanto antes lo achiquemos y se quede todo tranquilo mucho mejor», zanjó el portavoz de los bomberos de la Diputación de Huelva.

Lo que no va a poder determinar el operativo es el destino de todas las personas que lograron sacar a tiempo su coche de las zonas de aparcamiento, tanto la exterior como la interior, segundos antes de que llegara la riada. O incluso de los que lo hicieron cuando el agua ya comenzaba a inundar la zona con varios palmos. El destino de esos vehículos, con zonas en esos momentos ya arrasadas como Cheste, en dirección Madrid, o Catarroja o Alfafar, en dirección Valencia por la Pista de Silla, era el caos.

El aviso de los trabajadores que evitó la tragedia

Todas las historias tienen sus héroes anónimos. La de la esperanza del parking de Bonaire, que puede terminar en milagro si al terminar los trabajos del rescate siguen sin aparecer víctimas, fueron los trabajadores del centro comercial. Tal y como confirmó uno de ellos a este periódico, avisaron a los clientes que estaban accediendo al aparcamiento, cuando vieron que llegaba la riada, para que corrieran hacia la zona elevada de Las Terrazas (la parte del complejo donde está la zona de restauración). Algo que también hicieron los vigilantes del centro comercial Alcampo, colindante a Bonaire, para que salieran los clientes y los trabajadores y se refugiaran en las zonas más altas del complejo.

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