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«Un niño creía que le íbamos a disparar con el termómetro de pistola»

«Un niño creía que le íbamos a disparar con el termómetro de pistola»

A. S.

Sábado, 5 de febrero 2022, 23:53

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En el aeropuerto de Torrejón de Ardoz, un sanitario quiso tomar la temperatura de un niño afgano que acababa de bajar del avión. Le acercó un termómetro de pistola a la frente. «El pequeño se echó las manos a la cara. Pensaba que le iban a disparar». Paula Rivarés, directora estatal de Cruz Roja Juventud, recuerda aquellos días de agosto en los que fueron el primer contacto de centenares de niños de Afganistán con su nuevo país.

«Solo teníamos un objetivo: que jugaran», explica. Y ni eso era fácil cuando los niños venían en shock, pero los voluntarios de Cruz Roja tiraron de recursos: muñecas para las niñas y un partido de fútbol con militares para los niños. Aparecieron las primeras sonrisas. «Nos preguntaban si estábamos en Madrid o en Barcelona. Lo que más conocen los niños de España es el fútbol», se suma Cristina Domínguez, experta en acogida de refugiados.

«Tenemos relativamente normalizada la atención en estas situaciones», cuenta Íñigo Vila, director de Emergencias de esta entidad. «Lo que hemos hecho en Torrejón ha sido lo que hacemos cuando llegan pateras a Canarias o Almería, pero más acelerado», relata. Porque en 48 horas, todo tenía que estar dispuesto para atender a personas que estaban «muy desorientadas». «Ayudábamos a los padres con la parte burocrática mientras veían jugar a los niños», dice Vila.

Asilo, 6 meses de trámites

La 'operación Antígona' ha sido un operativo del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones que ha permitido traer en dos fases, en agosto y en octubre, a 1.909 afganos. El departamento de José Luis Escrivá les ha derivado a plazas de acogida, por toda España, hasta que el Ministerio del Interior resuelva sus solicitudes de asilo, un trámite que dura seis meses y si se alarga, los refugiados se mantienen en el periodo de acogida.

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A partir de ahí pasarán a una segunda fase de autonomía en la que accederán a un piso propio y recibirán ayudas del ministerio para el alquiler, aunque el objetivo es que pronto encuentren trabajo. Migraciones ha elaborado un plan que canaliza todas las ofertas laborales que fundaciones, organismos, empresas y universidades han planteado para los afganos.

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