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Imagen de archivo de un grupo de jóvenes mirando sus móviles. C7
La mayoría de los institutos canarios ya ha prohibido el uso del móvil en las aulas

La mayoría de los institutos canarios ya ha prohibido el uso del móvil en las aulas

La necesidad de mejorar la vida educativa y la convivencia ha empujado a los centros a restringir la presencia de teléfonos inteligentes

Carmen Delia Aranda

Las Palmas de Gran Canaria

Miércoles, 15 de noviembre 2023, 01:00

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Gran parte de los centros de educación secundaria del archipiélago ha regulado en los últimos años la presencia de los dispositivos electrónicos vetando su uso en las aulas, salvo cuando el profesorado indique su utilización puntual con fines didácticos.

El asunto está sobre la mesa de la Consejería canaria de Educación que estudia fijar una norma común. Sin embargo, los institutos ya han creado reglas para evitar que los móviles interfieran en las aulas y en la convivencia.

El último instituto en apuntarse a este carro ha sido el IES María Rosa Alonso, de Santa Cruz de Tenerife, cuyo Consejo Escolar aprobó esta semana por unanimidad prohibir el uso de dispositivos móviles (teléfono, relojes inteligentes, cámara fotográfica o de vídeo) en el centro y en las actividades complementarias.

La medida se ha adoptado en vista de que los dispositivos no solo distraen al alumnado durante las clases sino que crean problemas de convivencia, ya que suponen un riesgo potencial de que se vulnere el derecho a la intimidad de los miembros de la comunidad educativa, además de interferir en el tiempo de ocio dificultando la socialización.

Los centros, cada uno con mayor o menor concreción, han fijado las normas y posibles penalizaciones por la utilización puntual o reiterada de los dispositivos electrónicos.

Las diferencias, en el recreo

La principal diferencia entre las distintas reglas de uso del móvil afectan al recreo. Así, por ejemplo, el IES Isabel de España de la capital grancanaria prohíbe el uso de los móviles en todo el centro, incluido el recreo, y ofrece el teléfono del centro al alumnado para hacer o recibir llamadas urgentes. Sin embargo, muy cerca, en la misma calle, el IES Tomás Morales sí permite usar el móvil durante ese rato de esparcimiento y solo en los patios. También está permitido en los recreos del IES La Guancha-Jerónimo Morales Barroso, pero no en todos sus edificios. En el instituto de Maspalomas se prohíbe usar el móvil, especialmente en las aulas, pero no especifica nada sobre los recreos.

El IES Feria del Atlántico, en la capital grancanaria, prohíbe el uso de los dispositivos en el centro y recuerda que filmar, grabar o fotografiar a algún miembro de la comunidad educativa puede ser constitutivo de delito.

El móvil, fuente de conflicto al salir de clase

«En nuestro centro está totalmente prohibido usar el móvil. En el recreo también. Hemos dejado claro que solo se puede usar con supervisión del docente», explica Maxi Hernández, director del IES Joaquín Artiles de Agüimes, centro que reguló hace años la utilización de los dispositivos

Así y todo, lograr que la norma se cumpla no es fácil. «A veces, en el recreo, paso por el baño de chicos y me encuentro a dos o tres sentados en el suelo con el móvil en la mano. Ya saben que no pueden ir al baño con el teléfono», relata Hernández.

Además, el smartphone sigue dando problemas cuando los chicos y chicas salen del centro. «No somos responsables de lo que ocurre fuera del horario escolar», indica el director del instituto sobre los conflictos que surgen en el alumnado con la difusión de imágenes y mensajes cuando terminan las clases.

Por eso, hace unos días, el centro pidió a la comunidad educativa que no banalicen estos actos y recordó que, según la Agencia Española de Protección de Datos, «acosar a otras personas, intimidarlas, discriminarlas, expresar una burla o publicar contenidos sensibles a través de redes sociales y otros servicios de internet puede vulnerar sus derechos e ir contra la ley» y los padres, madres y tutores deben responder económicamente por las infracciones de sus hijos.

Hernández opina que no es necesario que la Consejería establezca en los institutos una regulación común porque cada centro la modula en función de su propia realidad y sus necesidades.

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