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Feminismo. Un movimiento imparable

La huelga de mujeres y la manifestación del 8 de marzo abrieron un camino de no retorno en España. El movimiento feminista ha cambiado el chip, está pensando en grande y de manera transversal y ha logrado sacar a la calle a millones de mujeres de dentro y de fuera del activismo. Son las mismas mujeres que tras la sentencia de La Manada se movilizaron en apoyo a la víctima y para gritar «ya no nos callan». Fenómenos como #Cuéntalo ejemplifican esa movilización.

Rosa Rodríguez y Santa Cruz de Tenerife

Lunes, 7 de mayo 2018, 10:55

Han pasado diez días desde que la Audiencia de Navarra hiciera pública la sentencia del juicio a La Manada. Una resolución que enfureció a las millones de mujeres que el 8 de marzo hicieron huelga en sus trabajos y en sus casas y se manifestaron para demostrar que sin ellas «el mundo se para». El impacto del 8M dentro y fuera del feminismo ha provocado que el movimiento sea imparable y la sentencia de La Manada ha venido a poner la puntilla a un rotundo «ya no nos callan».

En estos diez días, las calles de todas las ciudades del país se han llenado de mujeres (y hombres) indignadas porque el tribunal no considerara que hubo violación, sino un delito de abuso continuado en el hecho de que cinco hombres acorralaran a una joven de 18 años en el portal de un edificio y la penetraran por boca, ano y vagina en los sanfermines de 2016 [la apelación la resolverá la sala de lo Penal del Tribunal Supremo, con 14 magistrados y una magistrada]. Y en estos diez días, a la ola de indignación se han sumado todos los partidos políticos, organizaciones sociales e instituciones locales, nacionales e internacionales, que han reprobado la sentencia y reclamando la revisión del Código Penal.

En Canarias, el Parlamento votará el martes una proposición no de ley en la que todas las formaciones políticas piden la modificación de la tipificación del delito de violación. Esta semana se debatió en el Parlamento Europeo sobre la aplicación por parte de España de los estándares internacionales sobre violencia sexual a raíz de la sentencia de La Manada y la responsable de la ONU para la Mujer consideró días atrás que la sentencia «subestima la gravedad de la violación». También unos 2.000 psicólogos y psiquiatras de toda España se sumaron a las críticas a la sentencia con una carta en la que explicaban que el bloqueo de la víctima en una situación de pánico es lo normal y reclaman que no se culpabilice a la víctima en los procesos judiciales ni porque intente rehacer su vida.

En paralelo a la movilización en la calle y los lemas «No es abuso, es violación» o «Hermana yo si te creo», crece en las redes sociales el movimiento y miles de mujeres –anónimas y con proyección pública– cuentan sus experiencias de agresiones sexuales.

La psicóloga experta en igualdad Laura Castellano explica que detrás de la etiqueta las mujeres han encontrado lo que se denomina apoyo social percibido, es decir, «el respaldo que necesitaban para contar su experiencia y, además, sentir que es algo positivo y que sirve para ayudar a otras mujeres».

Cambio social

A su juicio, este movimiento va a llevar de manera indudable a un cambio social porque «todas las mujeres tienen alguna vivencia que contar y eso va a generar que la sociedad perciba que esto es más grave de los que parecía y se acabe desembocando en la autorregulación de la conducta» por parte los hombres.

Isabel Suárez, de la Asociación de Mujeres Canarias, lleva más de cuarenta años vinculada en Gran Canaria al movimiento feminista y está convencida de que «el salto cualitativo» que se ha dado a partir del 8M, «pero que se estaba percibiendo hace dos o tres años», va a requerir de «la participación de los hombres, que han de asumir que tienen que cambiar», dice.

Antes del 8M, apunta Nayra Marrero, del Colectivo Gamá y portavoz de la Red Feminista de Gran Canaria, que aglutina a 16 asociaciones, «el feminismo olía a naftalina», pero ahora, dice, «es un orgullo tanto para las mujeres que están organizadas como las que no». A su juicio, el impacto que ha provocado el 8M tiene que ver con que las organizaciones feministas «se han centrado en lo que las une y en lo que es común a todas las mujeres: estar oprimidas por ser mujeres». Isabel Suárez, también cree que «ya no se desprestigia al movimiento feminista», como se hacía antes, y se apresura a poner el énfasis en que «el feminismo no es una moda».

Sostiene que ese salto que se ha logrado dar tras el 8M «no permitirá volver a la situación anterior», aunque advierte de que «los cambios no son lineales; habrá avances y retrocesos, pero nada se quedará igual». Isabel Suárez como Nayra Marrero, que lleva más de una década en el movimiento y como Zaida Montedeoca, de la asociación Mujeres Jóvenes de Gran Canaria-Ágora Violeta, una recién llegada al feminismo, considera que lo que se ha gestado antes y a partir del 8M es ya «imparable».

El asesinato de decenas de mujeres, la manifestación y la reclamación al Estado de un Pacto contra la Violencia de Género (aprobado en verano de 2017) y luego la indignación que generó el incumplimiento por parte de los compromisos adquiridos por Gobierno de Mariano Rajoy en ese pacto, junto con el movimiento # de las actrices de Hollywood y el juicio a La Manada, «donde ya se buscó culpabilizar a la víctima», son, a juicio de Suárez, los detonantes del 8M masivo y de las movilizaciones posteriores, que no han cesado y que, según Zaida Montesdeoca, «se tienen que sostener en el tiempo» e ir a la raíz del problema: el sistema patriarcal y los esquemas y estructuras mentales preconcebidas a los que hay que insuflar la perspectiva de género.

El feminismo, explica Nayra Marrero, «no es lo contrario al machismo», como algunos se han empeñado en mostrarlo, «es luchar contra un sistema que considera a las mujeres distintas e inferiores a los hombres y las hace vulnerables por el mero hecho de ser mujeres». «Si las mujeres no tienen conciencia de patriarcado no se sienten oprimidas», por eso, agrega, «han sido tan importantes el 8M, el rechazo a la sentencia de La Manada y el #Cuéntalo».

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