El tardígrado, el bicho más indestructible de la Tierra
Hasta ahora, el tardígrado era conocido por su enorme resistencia: aunque son acuáticos, pueden pasar décadas sin agua sustituyendo este elemento por un azúcar llamada trehalosa.
Agencias / Las Palmas de Gran Canaria
Martes, 25 de julio 2017, 11:41
Este bicho es la especie más indestructible del mundo, el oso de agua o tardígrado, un micro-animal de ocho patas, que sobrevivirá hasta que el Sol muera. Ni dejarlos sin comer durante un mes, ni las temperaturas, ni el impacto de un asteroide como el que acabó con los dinosaurios, podrían destruirlo. Solo existe una excepción, la muerte del astro rey.
Hasta ahora, el tardígrado era conocido por su enorme resistencia: aunque son acuáticos, pueden pasar décadas sin agua sustituyendo este elemento por un azúcar llamada trehalosa. También puede resistir temperaturas extremas. En 2007, unos investigadores suecos enviaron unos cuantos en la misión Foton M-3 de la Agencia Espacial Europea. ¿El resultado? No sólo sobrevivieron al vacío espacial y a la radiación provocada por los rayos cósmicos, sino que las hembras fueron capaces de poner huevos y engendrar crías.
El estudio considera tres posibles eventos catastróficos: el impacto de un gran asteroide, la explosión de una estrella en forma de supernova o estallidos de rayos gamma, para concluir que el microscópico animal seguiría adelante a pesar de ellos.
Ahora sabemos que este ADN ajeno -adquirido de bacterias, hongos o microbios- supone hasta un 16% del material genético del tardígrado. Golstein y su equipo tratan de encontrar ahora la relación entre este hecho y la extremada resiliencia de esta especie. “Los animales que pueden sobrevivir a un estrés extremo pueden ser propensos a adquirir genes ajenos, y los de una bacteria pueden estar mejor adaptados a resistir que los de un animal”, añade Thomas Boothby, autor principal del artículo. El proceso es conocido como transferencia genética horizontal.
Organismos con una tolerancia similar a la de los tardígrados frente a la radiación y a la temperatura podrían vivir largo tiempo bajo la superficie en esas condiciones, indicó Loeb, quien agregó que en las profundidades de los océanos que se cree que hay en Europa y Encelado (lunas de Saturno) podrían darse condiciones similares a los de la Tierra.