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Los maestros coincidieron en determinar que la víctima «ocultaba las lesiones» y les decía que «había tenido un accidente con la bicicleta» para justificarlas, a la vez que apuntaron a que el protocolo de absentismo que existe para investigar las causas de las 65 faltas de asistencia que registró en pocos meses «lo tenía que activar el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y no nosotros ya que es de su competencia», declararon.
La tutora del menor detalló como «el niño había faltado durante 15 días a clases y cuando regresó, le preguntamos y nos dijo que había estado de viaje en China y luego, al regresar, se cayó de la bicicleta y por eso tenía algunas marcas en la cara. La madre nos justificó las ausencias con reservas de avión y la creímos, tanto a ella como al menor», relató. Otro día, «en el que fuimos de visita al teatro Guiniguada, el niño llegó cojo e incluso tuve que cogerlo porque no podía caminar y nos dijo nuevamente que se había caído. Ahora, después de todo lo ocurrido, tengo claro que el niño lo que quería era ocultarnos las lesiones producidas por los golpes que le daba la madre, pero eso nunca lo pudimos saber porque no lo contaba y siempre iba vestido de tal manera que no se le veían las marcas. Por eso no activamos el protocolo de lesiones. Debido a las faltas de asistencia repetidas, llamé yo mismo a su casa y a un número de una amiga de la familia y nunca nos contestaron. A raíz de esto, no volvió al colegio y luego fue cuando acabaron con su vida. El Ayuntamiento tenía constancia de su absentismo pero tampoco lo activó y ahí se rompió la cadena».
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