Las facilidades tras la covid disparan un punto la nota de acceso a la universidad

Para ser exactos, la nota media con la que los jóvenes españoles pelearon en el verano de 2021 para lograr una plaza en la facultad pública elegida, un 10,34 sobre 14, es ochenta y siete centésimas más alta que la conseguida por sus homólogos de dos cursos anteriores, en junio de 2019, que fue de 9,47, según recoge el estudio sobre las notas de selectividad realizado por un equipo de investigadores de Esade.

Este 9,2% de mejora en solo dos cursos tiene su explicación en las disposiciones que el Ministerio de Educación y las autonomías pactaron durante el encierro sanitario de la primavera de 2020 para evitar que la suspensión de clases y la no explicación de una parte del temario lastrasen las posibilidades de acceso a la educación superior de toda una promoción de bachilleres. Medidas que, a día de hoy, aún siguen vigentes en sus mayoría.

Por un lado se flexibilizó la evaluación final de Bachillerato, fomentando la valoración continuada y colegiada del claustro, y por otro se permitió que en la EBAU, tanto en la fase obligatoria como en la específica y voluntaria -usada para subir nota-, los alumnos tuviesen más opciones de preguntas y temas sobre los que elegir. En el primer caso las notas medias salieron bastante beneficiadas y en el segundo los alumnos pudieron descartar las materias que peor se sabían y examinarse de sus puntos fuertes, con lo cual lograron mejores resultados.

El equipo calcula que los mayores incrementos de nota se registraron en la fase voluntaria de la EBAU, la que permite puntuar entre 10 y 14, con mejoras también sustanciales en la fase de materias obligadas y cierta manga ancha, aunque con menos peso que las anteriores, en las calificaciones procedentes de los institutos. Las asignaturas que lograron más subida en sus notas fueron Matemáticas, Física y Dibujo Técnico -tradicionalmente de las más exigentes- y las mejoras más notables las consiguieron en los exámenes específicos los alumnos que traían peores calificaciones.

Los investigadores consideran que las facilidades académicas oficiales tuvieron sentido en la EBAU del cierre escolar y en la de 2021, cuando el curso aún estuvo condicionado por la olas y cuarentenas, pero creen que fue ilógico mantenerlas en la convocatoria de 2022 y en la recién terminada, pues rebajaban notablemente el nivel de exigencia.

El trabajo tiene entre sus objetivos explicar el porqué de la notable subida de las calificaciones de acceso a la universidad en los últimos años, más allá del empujón postrero por la covid. Determinar si se trata de lo que llaman una inflación de notas -subidas artificiales de puntuación favorecidas por centros, reguladores y tribunales- o una mejora académica real. La nota media de acceso ha pasado del 8,75 sobre 14 en 2015 al 10,34 en 2021, 1,6 puntos más, lo que equivale a un alza de más del 18%.

Los análisis consideran que al menos la mitad de la mejora tiene un fondo real provocado por una cada vez mayor competencia entre los alumnos para hacerse con la nota que les asegure la entrada en la titulación pública que desean. En la actualidad son ya el 92% quienes se presentan a los exámenes voluntarios para aumentar la calificación y los alumnos que necesitan entrar en un campus público, sobre todo en los títulos con más demanda, aprietan más que los que se dirigen a la privada, donde no opera la nota de acceso.

Sin embargo, también detectan en la subida una parte importante de inflación de calificación. Por un lado, la ya citada subida artificial por la covid y por otro un efecto detectado a partir de 2017, cuando el Gobierno del PP restringió parte de la capacidad de elección de materias de los alumnos. La respuesta compensatoria de los institutos fue ayudar a los estudiantes con algo más de benevolencia en las notas y la de autonomías y universidades permitir contabilizar doble -en fase general y específica- la calificación del examen de asignatura de modalidad, lo que elevó la calificación de la fase voluntaria.

Los autores del estudio, además de suspender ya las ventajas de la covid, piden reducir el peso de las notas de Bachillerato al 50% o 40% -para evitar la benevolencia de algunos centros- y homogeneizar las pruebas y el tipo de examen de la EBAU, así como los criterios de corrección, para evitar las diferencias de nota media poco explicables entre autonomías.