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Llega la prueba que más nervios genera entre el alumnado. 9.425 estudiantes canarios, 5.150 en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y 4.275 en la de La Laguna, se han matriculado para realizar desde mañana miércoles y hasta el viernes las pruebas de la Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU), que determinarán su nota para poder estudiar la carrera que desean.
Mientras miles de jóvenes se preparan para abordar tres días de nervios y estrés, medios de comunicación estatales volvieron ayer a la carga, como el año pasado, con informaciones sobre la supuesta desigualdad de las pruebas entre las comunidades autónomas, señalando a Canarias como el lugar donde presuntamente hay más facilidad para aprobar la selectividad, ya que es donde se sacan las notas más altas. Ciudadanos ha llegado incluso a proponer que las pruebas sean iguales en toda España.
Antonio Ramos Gordillo, vicerrector de Estudiantes de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), negó taxativamente esta afirmación que se publica «cada año» y que busca «desprestigiar» el sistema educativo de las islas argumentando que «crean desigualdad entre las comunidades autónomas». «En Canarias supera la prueba de la selectividad quien lo merece y con la nota que merece», espetó Ramos asegurando que «quien afirma que en esta comunidad autónoma plantea la pruebas más fáciles solo hace demagogia». Y sobre todo, hace una descalificación del sistema educativo de las islas «poniendo en duda la valía profesional del profesorado universitario, del de bachillerato y de todos los alumnos y alumnas del archipiélago que trabajan muy duro para preparar las pruebas».
En este sentido, el vicerrector señaló que las comparaciones que se han realizado entre los datos del informe PISA y los de la EBAU para llegar a la conclusión de que el sistema de la selectividad es «injusto» por su desigualdad «no tiene base alguna porque son conceptos incomparables al no tener ni un solo punto en común».
La EBAU es una evaluación curricular, basada en la legislación española y autonómica, y en la que participa de forma voluntaria quien ha superado el bachillerato previamente, mientras que el informe PISA es competencial, no tiene en cuenta las características curriculares del sistema educativo del país y en el informe participa el alumnado según su edad –entre 15 años y 3 meses, y 16 años y 2 meses–, independientemente del curso en el que esté matriculado, explicó Ramos. «Por lo tanto –sentenció el vicerrector– existe un porcentaje significativo de alumnado que participa en el informe PISA y que no hace la EBAU, lo que ya sería un factor suficiente como para demostrar la demagogia que supone vincular linealmente los resultados de una y otra prueba».
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