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Presencia policial en el campus de Tafira de la ULPGC el pasado jueves 27 de noviembre. Cober

El correo que amenazó con una «masacre» en la ULPGC «pudo llegar desde cualquier parte del mundo»

Fuentes policiales indican que la investigación continúa abierta, cuando se cumple poco más de una semana del envío del mail

Dánae Pérez Perdomo

Las Palmas de Gran Canaria

Viernes, 5 de diciembre 2025, 14:59

Se cumple poco más de una semana del correo electrónico que amenazó con «realizar una masacre» en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC). La investigación para dar con el o la responsable del mail continúa abierta y desde la Policía Nacional ponen el foco en las particularidades de la ciberdelincuencia: «El correo pudo ser enviado desde cualquier parte del mundo», una probabilidad que dificulta las pesquisas.

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Fuentes policiales señalan a este periódico que aún «siguen rastreando la procedencia» del mail, cuyo autor o autora aseguraba que iba a «fusilar a tantos godos como fuera posible», con sus AK-47. Si bien, entran en juego diferentes factores que entorpecen y ralentizan las averiguaciones, como es el posible «uso de servidores que no dejan rastro».

El mensaje amenazante llegó el pasado jueves 27 de noviembre a diferentes direcciones de correo de la comunidad universitaria. Lo envió un supuesto integrante del grupo 764, tal y como se especifica en el escrito, que se considera una red terrorista satánica de extrema derecha. También amenazó con suicidarse «como parte de un sacrificio de sangre» para su «señor Achamán-Satanás», tras cumplir con su amenaza.

Retos y consecuencias

El rector de la ULPGC, Lluís Serra, no escondió en declaraciones posteriores a los medios el «susto» que provocó este acontecimiento, motivo por el que las comunicaciones entre la institución académica y la Delegación del Gobierno se mantuvieron desde el «minuto cero».

Serra destacó, a su vez, que la Policía Nacional no dio credibilidad al correo desde un principio, aunque se tomaron las medidas de seguridad oportunas para que la actividad de la universidad prosiguiera con normalidad.

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No obstante, se efectuaron algunos desalojos puntuales, generando incertidumbre entre el alumnado y «algún momento de tensión». El rector tampoco descartó que se produjeran más episodios como este en un futuro, lo que abre un nuevo reto para la ULPGC en materia de coordinación entre sus diferentes agentes.

Voces expertas del ámbito jurídico aseguran que esta acción no quedará impune y barajan diferentes delitos atribuibles. Uno de ellos es el informático, debido a que la amenaza se perpetró a través de un correo electrónico.

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Otro es el de odio, por esa intención manifiesta de «fusilar» a «godos» o, incluso, de terrorismo, de demostrarse que el mensaje buscaba desatar el terror o intimidar a la comunidad universitaria, que representa a un colectivo específico.

El autor o autora se enfrentará, como mínimo, a una sanción económica.

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