Clases 'online' y jornadas más cortas en el protocolo educativo ante las olas de calor
La Consejería tiene listo el borrador del documento que pasará a Sanidad y a Seguridad y Emergencias. También trabaja en un «libro digital» para conocer el estado de los centros
La Consejería de Educación ya tiene casi listo un primer borrador del protocolo que se aplicará en los centros educativos cuando las islas sufran olas de calor, como la que afectó al archipiélago el pasado mes de octubre y que llevó, por primera vez por este motivo, a suspender las clases durante dos días. Este protocolo incluye la regulación de la enseñanza telemática para tener clases 'online' y la posibilidad de reducir las jornadas lectivas, aspectos confirmados este jueves por el consejero de Educación del Gobierno canario, Poli Suárez, durante una visita al colegio teldense José Tejera, en Jinámar.
Fue Suárez quien advirtió de que no existía un procedimiento reglado para actuar en casos en los que las temperaturas afectaran a la normal actividad lectiva. El consejero señaló en octubre que suspendían las clases «por responsabilidad» tras las demandas de varios centros en los que se habían reportado desmayos y episodios de golpes de calor, añadió que Educación comenzaría de inmediato a redactar un protocolo ya que esta inusual ola de calor que duró más de dos semanas no iba a ser la única. El cambio climático, señaló, es un hecho.
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Una de las cuestiones que incluye este protocolo será la regulación de la enseñanza telemática. Precisamente en el episodio de octubre varios institutos y colegios ubicados en las zonas en las que más subieron las temperaturas pidieron suspender las clases presenciales y que se optara por el sistema 'online'. Sin embargo, explicaron fuentes de Educación, aunque los centros cuentan con el material para ello, se preparó en tiempo récord durante la pandemia de covid-19, no puede volver a ponerse en marcha «en 24 horas».
Suárez dijo ayer que se trata de que cada centro tenga «un plan de autoprotección», pero además el protocolo incluirá la posibilidad de «volver a dar clases de manera telemática» o de «reducir la jornada», medidas, dijo, que ya se han planteado en otras comunidades autónomas.
El protocolo establecerá en qué casos se podrá optar por las clases 'online', a la que la Federación de Ampas de Gran Canaria se opone porque «los padres y las madres tienen que seguir atendiendo sus responsabilidades laborales, haga la temperatura que haga».
Salida temprana
La autoprotección y autogestión es otra de las claves de este protocolo. Educación se basa en la autonomía de los centros para que estos tomen las medidas que consideren oportunas en casos de olas de calor. En el documento también se incluye la valoración de la salida temprana o reducción de jornada evitando así que el alumnado y el personal estén en el centro en las horas de más calor. Asimismo, se recomendarán medidas «pasivas», que no requieran obras, exponiendo cómo facilitar corrientes de aire para bajar la temperatura.
En los casos de lluvia, sin embargo, la actuación está «más clara», explican fuentes de Educación. Por un lado, porque son episodios más cortos y, por otro, porque en ocasiones no se suspenden las clases por el estado de las infraestructuras educativas sino por el corte de los accesos.
El borrador del protocolo pasará ahora a la Consejería de Sanidad y también por la Dirección General de Seguridad y Emergencias, así como al Consejo Escolar de Canarias y resto de la comunidad educativa.
Educación también trabaja en la elaboración de un «libro digital» que recoja las incidencias sobre infraestructuras en los centros educativos de Canarias. En este momento, reconoce la Consejería, no hay una «foto fija» real y actualizada de las condiciones de las infraestructuras educativas, muchas de ellas, como ha reconocido el consejero, «obsoletas».
Uno de los problemas es que los centros de Infantil y Primaria dependen de los ayuntamientos mientras que los institutos dependen directamente de la Consejería de Educación.
La adecuación de las infraestructuras educativas a las condiciones climáticas adversas, como el extremo calor, es una de las demandas de las familias. Muchos centros disponen de aire acondicionado, pero no de la potencia eléctrica que permita ponerlos en marcha. Lo que se une a que en la mayoría no tiene patios con sombras.