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Estudiantes en un aula de la Universidad de Granada. R. C.
Las carreras universitarias de tres años desaparecerán en España antes de 2025

Las carreras universitarias de tres años desaparecerán en España antes de 2025

El Gobierno modificará los estudios superiores para permitir grados y másteres en los que hasta la mitad del tiempo se aprende trabajando

Martes, 2 de marzo 2021, 09:05

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El Gobierno quiere aprobar de cara al verano un cambio en la organización de los estudios universitarios que, entre otras modificaciones, hará desaparecer como tarde en 2025 las carreras con una duración de tres cursos, las de 180 créditos.

El real decreto, que está todavía en fase de borrador, por lo que puede sufrir variaciones, establece cuál será la estructura futura del modelo universitario, muy semejante a la actual. El primer escalón, el de los títulos de grado, tendrá una duración de cuatro años, o lo que es lo mismo, de 240 créditos, pues cada 60 créditos equivalen a un curso. La continuación serán los másteres de especialización, que podrán durar entre un curso y dos (60, 90 o 120 créditos). Superado el mínimo de 300 créditos, se podrá comenzar estudios de doctorado. Solo hay una excepción al modelo, los cinco o seis cursos que seguirán durando las titulaciones así diseñadas por la UE, como algunas carreras técnicas y sanitarias, como Medicina.

El cambio fundamental en la estructura es que desaparecen los grados de 180 créditos creados en 2015 por el Ejecutivo del PP, que desataron la cólera de alumnos y profesores y duras críticas de buena parte de los rectores. Se trata de un tipo de título «excepcional» y con muy poco éxito en España. A día de hoy solo hay 24 grados cortos, el 0,6% del total. Buena parte de estos títulos se imparte en universidades privadas, sobre todo catalanas.

La reforma hará posible que hasta un 10% de los alumnos confeccionen a su gusto la mitad del temario de la titulación

Los motivos de su supresión, según el director general de Universidades, son principalmente tres. Que «no cumplen del todo con la ley», que reclama que un grado debe dotar al alumno de unos conocimientos «generalistas y amplios» sobre la materia; que pueden crear «confusión» en el mercado laboral con títulos semejantes de cuatro años; y que condenan a los alumnos a pagar másteres de especialización de dos años, con tasas hasta el doble de caras que las de los grados.

No obstante, José Manuel Pingarrón aseguró que el real decreto definitivo garantizará a todos los alumnos que en la actualidad cursan esos títulos –a partir del próximo curso ya no debería haber nuevos matriculados de primero– que van a poder terminarlos sin cambios. No obstante, los centros tendrán o que liquidarlos o que reconvertirlos en grados de 240 créditos en un plazo máximo de cuatro años.

Contrato y sueldo

Una segunda gran novedad que introducirá el decreto es la posibilidad de todas las universidades de poner en marcha grados y másteres de «mención dual», una fórmula que se practica en el País Vasco con gran éxito desde hace una década. Se trata de carreras en las que hasta casi la mitad de las competencias se podrán adquirir trabajando al tiempo que se estudia en la facultad la otra mitad. Esta modalidad la podrá escoger hasta el 25% de los matriculados en grados y el 40% de los de másteres. En el primero de los casos podrán cursar entre el 20% y el 40% de los créditos en la empresa, entidad, organización social o sindicato, institución o administración pública que haya cerrado un convenio con la universidad, y en el segundo, hasta el 40%. La universidad siempre mantendrá la supervisión y liderazgo. El alumnos tendrá un contrato laboral formativo y serán retribuidos por su labor, que solo podrá estar vinculada al aprendizaje fijado. El estudiante, que tendrá tutor en ambas instituciones, podrá abandonar el sistema y volver al tradicional antes de que llegue a la mitad de los créditos.

Una tercera modificación de calado es la posibilidad de diseñar un plan de estudios de grado casi a la carta, como ocurre en muchas universidades estadounidenses. Las titulaciones que ofrezcan este «itinerario académico abierto» podrán autorizarlo para un máximo de un 10% de sus matrículas y el alumno podrá cursar asignaturas de hasta dos o más títulos oficiales pertenecientes al mismo ámbito de conocimientos o de ámbitos afines. Las variaciones del plan de estudios no podrán superar el 50% de los créditos.

Otras modificaciones

El borrador de real decreto de organización de las enseñanzas universitarias que elabora el Ministerio de Universidades tiene otra serie de cambios relevantes:

  • Títulos hibridos. El decreto regulará lo que ya existe por exigencias de la covid. Podrá haber títulos de grado o máster 'presenciales' (con todas sus clases físicas), 'híbridos' (con hasta el 60% de los créditos no presenciales), o 'virtuales' (con al menos el 80% no presencial).

  • El 5% de las plazas para discapacitados. Fija la obligación de todas las autonomías y universidades de reservar un mínimo del 5% de las plazas de cada título a personas con discapacidad superior al 33% o necesidades educativas especiales.

  • Formación permanente. Para evitar confusiones, los títulos propios para la recualificación profesional pasarán a llamarse másteres de formación permanente para diferenciarlos de los másteres oficiales de especialización de posgrado

  • Nuevos títulos. Con la intención de responder rápidamente a las necesidades del mercado, la acreditación de un nuevo título se agilizará y desburocratizará. Se tardará un máximo de seis meses en dar la luz verde, cuando ahora pueden ser incluso años.

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