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Wang lee una película en el cineclub mientras Zhang y otros cinéfilos ciegos siguen sus explicaciones afp
El club de los ciegos cinéfilos

El club de los ciegos cinéfilos

Cada sábado, Zhang viaja dos horas por el metro de Pekín para disfrutar del 'cine hablado' donde ve películas de oídas. «Se me ha abierto un mundo»

colpisa / afp

Martes, 12 de octubre 2021, 23:16

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Zhang se quedó ciego con 20 años pero al perder la vista descubrió el amor por el séptimo arte en un club de cine hablado, donde voluntarios hacen narraciones para un público invidente. «Después de escuchar una película por primera vez en 2014, sentí como un mundo se abría para mí. Sentí que podía entender el filme a pesar de mi ceguera. Se formaron imágenes claras en el ojo de mi mente cuando el narrador describía las escenas de risa, de llanto...».

Ahora con 51 años, Zhang va todas las semanas a un teatro en Qianmen, en el corazón del viejo Pekín. Decenas de ciegos llegan a las proyecciones de los sábados organizadas por el Teatro Xin Mu, formado por voluntarios. Su método es simple: un narrador describe lo que sucede en la pantalla, incluidas las expresiones faciales, gestos no hablados, el entorno y la vestimenta. Les dan las claves visuales que de otro modo se perderían, por ejemplo un cambio repentino a un escenario de hojas que caen a nieve, que sugiere el paso del tiempo.

Recientemente, el grupo presentó 'Un gato callejero llamado Bob', sobre un felino que ayuda a un hombre, James, que vive en las calles de Londres a dejar las drogas y convertirse en un escritor de éxito. El narrador Wang Weili describe lo que ocurre en la pantalla. «Ahora cae nieve sobre Londres, una ciudad de Inglaterra. Es un poco como Pekín pero los edificios no son tan altos», dice. «Un hombre con prismáticos, dos cilindros usados para ver cosas que están lejos, mira a James cuando canta en una esquina con Bob el gato...», prosigue. El silencio es total, informa AFP, nadie murmura ni come para escuchar atentamente.

Wang se adentró en esta labor después de narrar una película de acción a un amigo. «Vi cómo le sudaba la frente cuando le describía las escenas. Él estaba emocionado. Me decía 'dime lo que ves'». En 2005, Wang alquiló una pequeña habitación en un patio de Pekín y comenzó el club de cine narrado con un pequeño televisor, un aparato de DVD usado y 20 sillas. Su cine improvisado siempre estaba lleno.

Narrar películas a ciegos puede ser un desafío si la trama tiene elementos históricos o imaginarios. Por ejemplo, antes de presentar 'Parque Jurásico', Wang deja que los asistentes toquen varios modelos de dinosaurios. «Yo veo la película seis o siete veces y escribo mi propio guion detallado». El grupo ha presentado mil filmes en 15 años. «Las películas ayudan a enriquecer mi vida... Me ayudan a entender los desafíos de la vida», dice Zhang.

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