Enjambre de 700 terremotos en la zona del Teide sin señales de una erupción inminente
El IGN y el Involcan destacan que se trata del sexto detectado en Las Cañadas desde 2016. No es como el que precedió al volcán Tajogaite
Tenerife ha vuelto a dar señales de que cuenta con una zona volcánicamente activa. Tanto el Instituto Geográfico Nacional (IGN) como el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) registraron un enjambre de actividad microsísmica anómala en la zona de Las Cañadas del Teide, al suroeste de Pico Viejo.
El IGN detectó 700 terremotos «muy pequeños, con una magnitud inferior a 1, no sentidos por la población, y que no tienen que ver con una intrusión magmática como la de La Palma», que derivó luego en la erupción del Tajogaite en 2021, especifica el director del IGN, Itahiza Domínguez.
El experto insiste en que «no hay que comparar» el episodio de La Palma con el que tuvo lugar la madrugada de este jueves en Tenerife, aunque una erupción en esta isla «puede ocurrir», y pasará, aunque no se puede determinar si será «dentro de pocos años o de décadas». Las probabilidades de erupción que maneja la comunidad científica oscilan entre el 30% y el 40% en un plazo de 50 años.
Domínguez explica que en La Palma el enjambre sísmico fue «mucho más denso, con terremotos más fuertes» y que ahora mismo no se puede ofrecer una explicación exacta sobre por qué se están produciendo estos enjambres en Tenerife. El de este jueves es el sexto que se detecta en la misma zona desde 2016.
Por su parte, el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) reseña en una nota que fueron dos los enjambres sísmicos detectados, uno volcano-tectónico y otro híbrido, el que ha dejado el centenar de sismos. El primero se prolongó entre las 21.31 horas del miércoles 6 de agosto hasta las 00.10 horas del jueves 7. En este lapso de tiempo, tuvieron lugar 55 pequeños terremotos, con una magnitud de 1,5, bajo el complejo volcánico Teide-Pico Viejo. El Involcan cifra en 120 los enjambres sísmicos de este tipo registrados en Tenerife desde julio de 2017.
Sobre el enjambre de eventos sísmicos híbridos, reseña que estuvo compuesto por cientos de pequeños eventos y que se alargó de las 2.50 hasta las 7.30 horas del jueves. El Involcan recuerda que este fenómeno «está directamente relacionado con el movimiento de fluidos hidrotermales, como agua, gases o vapor, a través de sistemas de fracturas en el subsuelo».
l Involcan detalla que es el sexto enjambre de estas características en la zona tras los episodios del 2 de octubre de 2016; 14 de junio de 2019; 16 de junio y 12 de julio de 2022; y 14 de noviembre de 2024.
Señala como una de las causas más probables la «inyección de fluidos magmáticos en el sistema hidrotermal de la isla». Un proceso recurrente desde el año 2016, que está respaldado por datos geoquímicos y geofísicos independientes, como es el incremento de las emisiones difusas de dióxido de carbono en el cráter del Teide y una «ligera deformación en el terreno», en el sector noroeste del volcán, detectada en 2024.
Sobre esta última cuestión, matiza que «no se han registrado cambios» que lleven a pensar en una erupción volcánica en Tenerife a corto o medio plazo.
Acumulación de magma
El director del IGN explica que existen diferentes señales que alertan de una intrusión magmática, por lo general el paso previo a una erupción, y que no se dan ahora en Tenerife. Estas son «la deformación del terreno rápida, terremotos mucho más fuertes, con magnitudes superiores a 2 o 3, o los gases».
Domínguez especifica que el magma se acumula bajo las zonas volcánicamente activas de las islas «durante muchos años, incluso décadas, antes de salir a la superficie». Proceso que en La Palma se alargó durante 15 años.
Por ahora, se desconoce «si en Tenerife se está acumulando o si hay una zona magmática a unos 10 kilómetros de profundidad que, en un futuro, pueden ser pocos años o décadas, acabe de salir a la superficie».
Con todo, el científico anuncia que no se ha observado una «gran anomalía» en la evolución de la sismicidad del Teide, que tiende a oscilar, pues a veces es alta y, otras, «inferior a la media».
Repara en que «no se puede descartar una erupción en el Teide», que no se produciría propiamente en el volcán, sino en una de sus dorsales, debido a la naturaleza de las islas. «Mañana puede haber una tormenta y que el agua arrastre a gente, y esto es lo mismo. Es parte de la naturaleza, de vivir en el mundo en el que vivimos», reseña.
Y lanza un mensaje de tranquilidad, pues los equipos de especialistas permanecen vigilantes a todas horas: «Si hubiera una anomalía, informaríamos a las autoridades y a la población. Se avisaría con tiempo».
