Cáritas: «La mujer la más afectada en los casos de pérdida de viviendas»
Cáritas de Tenerife ha advertido que " la injusticia" vuelve a tener rostro de mujer en los casos de pérdida de vivienda y de exclusión residencial.
EFE / Santa Cruz de Tenerife
Viernes, 20 de julio 2018, 12:32
La organización no gubernamental indica en un comunicado que el 40% de las familias atendidas por el proyecto Base 25, dedicado a la atención y acompañamiento a familias que están en riesgo de perder su vivienda habitual, son monoparentales.
En concreto, en este proyecto de Cáritas se ha atendido desde sus inicios a finales de 2016 hasta el pasado 30 de junio, a 274 familias y un total de 832 personas afectadas por situaciones de exclusión residencial.
De ellas, 112 casos son de familias monomarentales, con un total de 163 hijos, 126 de los cuales son menores de edad.
"Pese a que se están dando pasos importantes en la lucha por la igualdad entre mujeres y hombres, todavía nos encontramos con situaciones en las que vemos las consecuencias de la desigualdad en las mujeres", explica Alejandra Hernández, coordinadora del proyecto, que está financiado por el Cabildo de Tenerife.
En el proyecto se presta asesoramiento socio jurídico a las personas que están en riesgo de perder su vivienda, se les ayuda a buscar empleo para intentar evitar la pérdida de la vivienda o se les apoya en la búsqueda de una vivienda alternativa.
Hernández señala que perder la vivienda, supone enfrentarse a la vulneración de un derecho humano y constitucional que, además, implica la vulneración de otros derechos.
La coordinadora de "Base 25" subraya que la situación entendida como riesgo de perder la vivienda habitual no se produce en un día y es la consecuencia de diferentes factores externos e internos de la unidad familiar.
En el caso de las familias monomarentales son mujeres en riesgo de perder su vivienda habitual porque carecen de ingresos económicos suficientes, lo que afecta a otras áreas de su vida.
Agrega que las familias monomarentales, salvo que tengan una red de apoyo importante, tienen dificultades para conciliar el empleo con el cuidado de sus hijos y señala que en estos perfiles hemos visto muchos casos de economía sumergida.
Se trata de unidades familiares con ingresos generalmente bajos, y aunque algunos tienen salarios estables, son el único ingreso de la familia, lo que en ocasiones obliga a los hijos a incorporarse al mercado laboral sin haber terminado adecuadamente la formación.
Advierte que, debido al alquiler vacacional, acceder a una vivienda de alquiler está resultando dificilísimo por los requisitos de acceso ya que los propietarios piden avales, rentas altas o que las inquilinas tengan salarios estables.
"Y las familias que acompañamos desde Cáritas son familias con rentas mínimas, empleos inestables o trabajos en economía sumergida. Especialmente en el caso de las mujeres, que tradicionalmente viven ocupando puestos de limpiadoras y cuidadoras sin contrato, por lo que ellas se ven especialmente vulnerables en este aspecto",agrega.
Cáritas demanda "políticas reales de acceso a la vivienda y de regulación del mercado" y advierte que no se puede crecer como sociedad si no se está dando respuesta a las situaciones más vulnerables.
