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«Canarias necesita una reforma electoral»

«Canarias necesita una reforma electoral»

Jueves, 1 de enero 1970

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El nivel de bienestar social de un país no una es cuestión de suerte, y ni siquiera de recursos naturales, depende de que los intereses de todos los individuos de la comunidad estén adecuadamente representados en los órganos de representación y gobierno de una sociedad. Por otro lado, el crecimiento económico se traduce en bienestar social sólo si permea en la sociedad y no se concentra en manos de unos pocos. La condición de eficiencia del equilibrio general en una economía es clara, para garantizar el máximo bienestar social las políticas públicas deben contener la intensidad de las preferencias de la comunidad.

Es inviable que los ciudadanos nos reunamos constantemente para tomar decisiones en lo que respecta a lo público. Somos demasiados y son demasiadas decisiones también las que hay tomar. Por tanto, y hasta que el desarrollo de la inteligencia artificial lo permita, estamos obligados a elegir representantes políticos en los que delegar nuestras decisiones. El proceso de elección democrática, un individuo un voto, es el primer paso para asegurar la representatividad de las preferencias de los ciudadanos en la formación de los órganos de representación, y posteriormente, en la elección de las políticas públicas. Pero una vez que se cierran los colegios electorales y se inicia el recuento no siempre los votos se traducen directamente en escaños. En la mayoría de los casos la ley electoral transforma la decisión de los ciudadanos con el objetivo de garantizar equilibrios territoriales artificiales como puede ser una circunscripción provincial, o insular. La consecuencia es que habrán individuos de la sociedad que estarán sobre o infra representados en sus parlamentos y por tanto, en las políticas públicas. Otros ni siquiera tendrán algún tipo de representación.

Cuanto mayor sea el sesgo que impone la ley electoral menos se estará teniendo en cuenta la opinión de la comunidad en su conjunto en la gestión de lo público, y más nos alejamos de la condición necesaria para garantizar bienestar social. Esto supone una usurpación ilegítima del derecho fundamental de los ciudadanos y limitar la igualdad de oportunidades. En las pasadas elecciones autonómicas de 2015 en Canarias las restrictivas barreras del sistema electoral anuló el voto de muchos canarios. En Gran Canaria, por ejemplo, en torno a un 20% de los votos válidos (algo más de setenta y dos mil) no fueron tenidos en cuenta en la configuración de nuestro Parlamento. En toda Canarias, mientras que el sexto partido más votado con algo más de cincuenta y cuatro mil votos quedó sin representación, se dio el caso de otro partido que con solo cinco mil votos obtuvo tres escaños. Esto significa que la configuración actual del Parlamento de Canarias no es representativa de las preferencias de los canarios, y además, por las características de la ley electoral se aleja mucho de serlo. En particular Canarias tiene el sistema electoral menos proporcional del planeta. La desigualdad del voto entre un grancanario y un herreño es equivalente a que el día de las elecciones por cada grancnario que va con su voto en la mano hay un herreño que va con diecisiete. A escala global Canarias tiene el sistema electoral con el peor índice proporcionalidad de voto del planeta.

Esto afecta indiscutiblemente al nivel de bienestar de nuestra sociedad. En 2017 la tasa de desempleo en las islas llegó a alcanzar el 22%, según la encuesta de población activa, la tercera peor del país, la media española es el 16%. Y eso además con cifra record de entrada de turistas. En la década de los años setenta, antes de la implantación de la triple paridad, el índice de Theil para Canarias (medida de desigualdad de la renta) estaba por debajo de la media española. En 2003, veinte años después de la instauración de nuestro actual sistema electoral las islas ya estaban por encima de la media nacional y con la peor evolución de todas las comunidades autónomas como ponen de manifiesto en su trabajo Goerlich, y Villar (2009) (1). También en ese período Canarias fue la segunda comunidad autónoma donde menos creció la renta per cápita. Un trabajo reciente realizado por el IVIE sitúa a Canarias como la peor Comunidad del país en Bienestar Social (2). La evidencia empírica muestra también que existe una relación directa entre el nivel de corrupción y la calidad democrática de un país. Según los datos del Consejo General del Poder Judicial en el último trimestre de 2017 Canarias fue la comunidad con más acusados en procesos de corrupción del país. Y según el trabajo de León, Ledesma y Araña en 2014 (3), también fue la comunidad con mayor coste per cápita por corrupción.

El Parlamento de Canarias tiene la oportunidad de corregir en parte este proceso en las próximas semanas. No hacerlo supondría ir en contra del deseo mayoritario de la población canaria y en consecuencia secuestrar su voluntad. Mantener el actual sistema electoral es condenar a las islas durante un tiempo indefinido en la pobreza y la desigualdad. No existe una maldición divina que nos haga pobres a los canarios. Existe un mal sistema electoral que enfoca las decisiones de los Gobierno de Canarias a favor de unos pocos. Esto se demostró cuando a los pocos meses de las elecciones autonómicas de Mayo de 2015 el Gobierno de Canarias ya puso de manifiesto el sesgo en sus políticas con el reparto de los recursos públicos recuperados del extinto Impuesto General al Tráfico de Empresas en función de la triple paridad. Lo deseable hubiera sido buscar la eficiencia invirtiendo donde se genera mayor rentabilidad socioeconómica y en consecuencia mayor bienestar social.

Este 2 de Mmarzo en el salón de Actos de la Facultad de Ciencias de la Educación tendrá lugar un acto de movilización ciudadana a favor de que los partidos políticos con representación en el Parlamento de Canarias lleguen a un acuerdo para reformar nuestro sistema electoral, es nuestra responsabilidad reclamar nuestro derecho a estar adecuadamente representados en nuestro parlamento. Sólo con un Parlamento y un Gobierno de Canarias que garantice la representatividad de las preferencias de los ciudadanos, la pluralidad política, la eficiencia, y la transparencia en la gestión política, es posible alcanzar un crecimiento económico sostenido a largo plazo que sea fuente de bienestar social y equidad para todos los canarios (Romero Hernández: 2016) (4).

(1) Goerlich, F.J. y Villar, A. (2009): Desigualdad y Bienestar Social. FBBVA.

(2) Herrero, C. , Villar, A. Y Soler, A. (2018)Las facetas del bienestar: una aproximación multidimensional a la calidad de vida en España y sus comunidades autónomas (2006-2015). FBBVA.

(3) León, C. Y Araña, J. (2014): Relación entre Corrupción y Satisfacción. Revista Economía Aplicada. 64, XXII, 31-58.

(4) Romero Hernández, Manuel (2016): Efectos del sistema electoral en Canarias sobre la Economía y el Bienestar. Ed. Pérez, G. y Mújica, V. Textos para la Reforma Electoral en Canarias. Serv.Pub.ULPGC.

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