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La Fiscalía Provincial de Las Palmas ha pedido un total de 266 años de prisión y el pago de 25,3 millones de euros en concepto de multas a los 21 miembros de una presunta banda criminal que se dedicaba a traficar principalmente con cocaína y hachís, transportando la mercancía desde Brasil y Colombia en contenedores que eran descargados en el Muelle de la Luz de la capital grancanaria, con la ayuda de trabajadores de la empresa Opcsa.
Según el escrito de calificación de la fiscal Inés Herreros, los 21 acusados –hay tres más que están en busca y captura–, trabajaban bajo las órdenes del cabecilla de la presunta banda, Francisco Javier F. P. El mismo, en fechas comprendidas entre el año 2012 y 2015, repartía diversas responsabilidades en el seno de su organización «que tenía como finalidad desplazar sustancias estupefacientes desde países del extranjero, con destino España, y concretamente a la isla de Gran Canaria». Las grandes ganancias económicas que obtenía, las repartía en función de los cargos y el lugar que cada uno de los miembros de la presunta banda ocupaba dentro de la misma.
Una de las ramas de esta investigación se centró en la conexión que tenía la presunta banda con unos narcotraficantes brasileños. Por ello, dos de los acusados que eran padre e hijo, se desplazaron hasta Sao Paulo en diciembre de 2014 para preparar lo que iba a ser un envío de cocaína a Gran Canaria vía marítima a través de contenedores. Les dio a los narcos brasileños dos copias de las listas de buques en los que podía meter la cocaína, información que se las habían facilitado los dos trabajadores de Opcsa. De hecho, uno de ellos el 24 de enero de 2015 averiguó la ubicación de las cajas de mercancías en las que estaba la droga que se ordenó en Brasil que metieran en el buque. En junio de 2015, trasladaron hasta el Puerto del Muelle de la Luz 198,48 kilos de cocaína con una riqueza media del 83,73%, sustancia que en el mercado habría alcanzado un valor de 1,188 millones de euros. La misma llegó en un contenedor de un buque MSC denominado Luna Maersk y fue recibida mediante el sistema de gancho ciego. Este sistema consintió en introducir siete macutos con la cocaína en un contenedor, junto con una bolsa que contenía un precinto exactamente igual que el original que sellaba ese contenedor. Los trabajadores del muelle podían identificar el buque, su numeración y el concreto contenedor, pero fueron capturados.
De manera simultánea, Francisco Javier F. P. el presunto cabecilla de la banda, viajó en enero de 2015 a Colombia para cerrar acuerdos con los que poder importar droga a territorio español. A la vez, uno de los colaboradores de Francisco Javier F.P. se dedicó a la búsqueda activa de locales rústicos y urbanos para implantar lo que al final resultaría ser un laboratorio para depositar, cortar y adulterar sustancias estupefacientes.
Es por ello que el 13 de mayo de 2015, uno de los acusados fue detenido en Tenerife en tres bolsas que estaban llenas de tiras de cinta adhesiva cortada y usada para envolver las piezas de hachís y, gracias a esa detención, se descubrió el 13 de mayo de 2015 un laboratorio en La Matanza en el que había 27,5 kilos de resina de cannabis, restos de hachís y múltiples útiles para cortar y vender droga.
Los 21 acusados de esta presunta banda de narcotraficantes se enfrentan a penas que van desde los 12 años de prisión a los 18 –en el caso del cabecilla– y al pago de multas millonarias. El juicio se celebrará a principios del próximo año.
Conocidos.
Muchos de supuestos miembros de esta banda de narcotraficantes detenidos son viejos conocidos para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Aunque actuaban con discreción, la mayoría acumulaba antecedentes penales por robos, tráfico de drogas, robos con violencia, etcétera.
Sin llamar la atención.
Se da la circunstancia de que el presunto cabecilla de la banda, Francisco Javier F. P., se movía por la isla en un vehículo tipo turismo marca Ford, modelo Kuga de color gris, alejado de las grandes marcas para no llamar así la atención de los investigadores. A pesar de ello, en una casa que poseía en Arinaga encontraron una caja fuerte con 204.000 euros y anfetamina con valor en el mercado de 2.328 euros.
En Las Palmas de Gran Canaria.
En su domicilio habitual de Lomo Los Frailes –donde vivía con su mujer–, tenía 21 relojes de pulsera, 685.060 euros, 59 joyas de oro y cocaína que tendría en el mercado un valor de 173.969 euros.
Compinchado.
Según la Fiscalía Provincial, el presunto cabecilla actuaba siempre con pleno conocimiento de su mujer, que era su más estrecha colaboradora, al servir de supuesto enlace para las comunicaciones no telefónicas que realizaba con el resto de la banda, así como custodiar en el domicilio común de Lomo Los Frailes parte de las sustancias estupefacientes que utilizaban para su posterior venta y distribución.
En busca y captura.
Aridane S. M., según la investigación y que aún está siendo buscado por la policía, era el número dos de la banda junto a Modesto S. M. P. Ambos se coordinaban conjuntamente para que Francisco Javier F. P. pudiera hacerse con la mayor parte de la venta de las sustancias estupefacientes en las Islas Canarias, en su modalidad de cocaína y hachís, según así ha determinado la investigación.
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