Una isla que enamora a todo el que la visita

Su naturaleza la hace única y también, como no, se ha visto reforzada por la mano humana de un artista como fue César Manrique que la mostró al mundo con verdaderas obras de arte arquitectónicas. Esa unión de lo natural con lo terrenal convierten a Lanzarote en un conglomerado maravilloso de costas de fina arena como Papagayo, Playa Blanca o la Caleta de Famara, con paisajes lunares de la belleza de Timanfaya. Este parque nacional es el gran icono de Lanzarote y muestra una bella sucesión de paisajes volcánicos, lagos de lava y cráteres únicos en el mundo. Timanfaya se alza como uno de los grandes reclamos turísticos de la Isla, así como los Centros de Arte, Cultura y Turismo creados por César Manrique. Los originales sistemas de cultivo de los campesinos lanzaroteños, que han sabido vencer la esterilidad de la isla y hacen exuberantes las lavas, son otro foco de atracción para los visitantes. En Lanzarote podemos encontrar desde el bullicio de las poblaciones más turísticas, con sus inmejorables instalaciones hoteleras y zonas recreativas; a paisajes inéditos, rincones sin señales de huella humana, e islotes solitarios en los que disfrutar del silencio.