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Es la única escuela infantil que queda por terminar de rehabilitar, puesto que los trabajos en Jinámar y La Herradura hace tiempo que concluyeron. Pero está a punto, al centro de Las Remudas solo le faltan pequeños remates y llegará a tiempo de acoger a 135 pequeños alumnos el próximo curso. «En el momento en el que los niños entren a estas escuelas se habrá logrado el gran reto de que Telde disponga de plazas públicas para la enseñanza de 0 a 3 años», comentaba Carmen Hernández, vicealcaldesa de la ciudad e impulsora de estas reaperturas, en su visita a las remozadas instalaciones remudenses junto al alcalde, Héctor Suárez, y el presidente del Cabildo, Antonio Morales. La inversión realizada en esta infraestructura social y educativa, que además del abandono había sido objeto de numerosos actos vandálicos, ha sido de 757.835 euros financiados por el Estado y el propio Cabildo. «Este tipo de infraestructura y servicios adquiere un valor extraordinario cuando está ubicado en zonas donde la vulnerabilidad social es mayor», destacó el dirigente del ente insular, reiterando el compromiso del Cabildo con este proyecto y con Telde, una ciudad que «no debe verse en la misma situación en la que estuvo hace algunos años fruto de malas gestiones y decisiones políticas», añadió.
La empresa adjudicataria, Proyectos y Montajes Ingemont, ha procedido en los últimos meses a acondicionar y renovar las instalaciones contraincendios, de abastecimiento de agua, de saneamiento y de telecomunicaciones, y ha colocado un vídeo-portero, la red eléctrica y luminarias en los patios interiores y fachadas. Por otro lado, se han habilitado cuartos de baños adaptados para las personas con movilidad reducida en las aulas, se ha sustituido la carpintería metálica de las fachadas y patios interiores por otra de aluminio en color natural, y se han colocado elementos de protección metálicos y de madera en huecos de la fachada y en las dependencias y pasillos, respectivamente. «Tenemos que ofrecer recursos a la población y este es una apuesta de nuestro gobierno. Los esfuerzos de la ciudadanía tienen que verse reflejados en servicios públicos de calidad, y la rehabilitación de las escuelas infantiles es un ejemplo de ello», puntualizó Héctor Suárez. Además, indicó que la futura puesta en marcha de estas instalaciones no solo permite la conciliación de la vida laboral y familiar, sino también la formación en valores y el crecimiento personal de los niños de la ciudad, y ayudar así a las familias en situación de vulnerabilidad.
A las obras ejecutadas en este centro no le han faltado detalle, y han incluido la reparación de los paramentos verticales y horizontales y los elementos no estructurales afectados por la oxidación, así como la reparación y sustitución de los pilares y otras zonas estructurales. Unas instalaciones modernas para un proyecto pedagógico innovador.
Carmen Hernández precisó que la importancia de las escuelas infantiles va más allá de la conciliación, ya que «son espacios y recursos decisivos para el futuro desarrollo educativo y emocional del niño, el lugar donde empieza el crecimiento de las capacidades y talentos del ser humano». Por este motivo se ha hecho un gran esfuerzo «en el diseño de un proyecto educativo basado en la neurociencia y la neuroemoción», desveló la edil.
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