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La ermita que oculta un búnker

La ermita que oculta un búnker

Apenas se ve. A quien no lo sabe, le pasa desapercibido, pero la pequeña ermita que acoge al Cristo de la playa de Ojos de Garza se edificó sobre suelo militar. Más en concreto, sobre uno de los búnkeres con los que Franco mandó regar la costa de Gran Canaria en plena Segunda Guerra Mundial en previsión de una posible invasión inglesa. Un lugar de paz sobre un lugar de guerra.

Jueves, 1 de enero 1970

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La frase tiene su historia. La pronunció el recordado cronista radiofónico Ramón Álvarez Sanabria. Fue en 1981. Allí mismo, con la ermita recién acabada y en plena refriega política por la anunciada voluntad del Ayuntamiento de tirar al suelo el caserío de la playa. Aunque suena pacífica, la soltó con ánimo subversivo, como invitando a la resistencia numantina a aquellos preocupados vecinos. «El Cristo salvará esta playa, que sobre un lugar de guerra ha construido un lugar de paz».

A Juan Pedro Pérez, actual presidente del colectivo vecinal de la playa, Playgarza, aquella frase, casi un emblema, se le grabó en el alma. Pero se quedó allí, en sus entrañas. Hasta que este año decidió convertirla en historia y, de paso, sacar del armario esta curiosidad arquitectónica de la ermita del Cristo, un templo que usa como cimiento un recinto que fue pensado para la guerra. Así que el sábado pasado la asociación descubrió allí una placa con ese lema: Sobre este lugar de guerra, un lugar de paz.

Recuerda Pérez que antes que suelo de oración fue solarium popular. Los vecinos de esta cala teldense aprovechaban para tomar el sol el techo de la casamata, abandonada, como casi todas las del resto de la isla, durante lustros. Pero hubo un momento en que el barrio, sediento de identidad comunitaria, decidió que debía dotarse de una excusa anual para compartir vivencias y votaron entonces en asamblea tener unas fiestas y hacerlas en honor del Santo Cristo.

Tenían la advocación, pero les faltaba la iglesia. Y se les ocurrió usar el nido de armas, que en el Ministerio de Defensa tenían clasificado como 61-A. Pérez solicitó permiso para tal fin y el Capitán General de Canarias se lo dio, condicionado, en febrero de 1981. Entre otras cosas, se debía respetar la estructura y su campo de tiro, de ahí que bajo la ermita haya un hueco donde se ve el búnker, y el templo podría ser demolido si lo necesitase el ejército. Y no solo no hizo falta, sino que cuando Pérez se enteró de que Defensa estaba autorizando a Costas el derribo de estas casamatas, reclamó en 2003 la cesión definitiva del búnker y se le concedió. Hoy es del barrio, el nido, pero también el templo. Tanto es así que pagan IBI. De las pocas iglesias que cumplen con Hacienda.

Hoy sale en procesión. Por cierto, el Cristo, que hoy sale en procesión y se embarca tras la misa (12.00), lo compraron en Madrid y el vicario judicial Juan Artiles les firmó un certificado para evitar que la efigie, que viajó en avión, abonara impuestos en aduana. Y otra curiosidad: el pregón de sus primeras fiestas en 1979 lo dio el hoy cronista, Antonio González, pero no sobre un escenario, sino a través de unas ondas radiofónicas, las de Radio Atlántico, gracias a José Florido, empleado de la empresa.

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