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El Yoyas: «¿Te rompo el brazo o una costilla?»

El Yoyas: «¿Te rompo el brazo o una costilla?»

La Fiscalía Provincial ha pedido ocho años de cárcel -entre otras penas- a Carlos Navarro, conocido como el Yoyas, por maltratar, vejar y amenazar a la que era su mujer, la grancanaria Fayna Bethencourt. Ambos se conocieron en ‘Gran Hermano’.

Viernes, 17 de julio 2020, 02:07

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La Fiscalía Provincial ha pedido ocho años de cárcel, 10 sin la patria potestad respecto de sus hijos, 14 y seis meses de alejamiento y 30 días de trabajos en beneficio de la comunidad, además del pago de 30.000 euros por daños morales mas una indemnización, a Carlos Navarro, conocido como el Yoyas, tras unos hechos cometidos sobre su exmujer, la grancanaria Fayna Bethencourt, a la que conoció en el programa de televisión Gran Hermano en 2001. La fiscal Cristina Coterón, que narra cómo una vez amenazó a la denunciante diciéndole «¿te rompo el brazo o una costilla?», estima que el Yoyas es autor de un delito de maltrato habitual, cuatro de malos tratos en el ámbito familiar, uno leve de vejaciones y otro continuado de amenazas en el ámbito familiar. Por su parte, la magistrada Virginia Peña, titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Telde, ha dictado ya el auto de apertura de juicio oral.

El Yoyas y Fayna Bethencourt iniciaron una relación sentimental en Gran Hermano para luego convivir, primero en Madrid y posteriormente, en distintos domicilios de Barcelona. Durante la relación, la pareja tuvo dos hijos, contrayendo matrimonio el 18 de marzo de 2013.

Según la fiscal, desde el inicio de la convivencia, el acusado «aprovechando la dependencia emocional de Fayna, que reforzaba tratando de convencerla de que sus padres no la querían», instauró una relación en la que «tenía un control absoluto de la economía doméstica así como limitaba la autonomía» de la grancanaria mediante un «seguimiento de las comunicaciones y movimientos de ella fuera del domicilio». También indica que el Yoyas daba muestras de un comportamiento «degradante hacia ella con acciones como retorcerle la mano o darle un pisotón cuando quería que se callara».

Asentada esta presunta dinámica, el comportamiento del Yoyas se fue tornando cada vez más «violento, hostil y humillante» hacia la joven y se incrementó a partir del nacimiento de sus hijos. De esta forma, el acusado en presencia de los mismos «la agredió en múltiples ocasiones, cogiéndola del cuello hasta elevarla del suelo, dándole patadas, puñetazos, amenazándola e insultándola con frecuencia» diciéndole frases como «eres una hija de puta», «una subnormal» o llamándola «golfa». Con su comportamiento, el Yoyas generó en el domicilio un «clima de terror» que afectó a los menores.

Hechos

La fiscal considera probado que Carlos Navarro el Yoyas, llevó a cabo un extenso relato de presuntos hechos punibles contra su ahora expareja, Fayna Bethencourt.

Por una parte, en fecha no determinada de 2013, teniendo su hijo tres años de edad y en presencia del mismo, durante una discusión con Fayna, el acusado «con intención de menoscabar la integridad física de su mujer», la agredió «dándole puñetazos, arrastró a Fayna hasta el dormitorio donde siguió golpeándola en piernas y brazos y mientras le decía ‘¿qué quieres que te rompa, el brazo o una costilla?’». En otra ocasión entre 2013 o 2016, el Yoyas agarró a Fayna «por el cuello y la lanzó contra el suelo», según la fiscal.

Pocos después, volvió a agredir a Fayna «de forma no determinada» reaccionando ella lanzándole un vaso «que cayó al suelo y se rompió». Tras esto, el Yoyas presuntamente «la zarandeó y la empujó haciéndola caer encima de los trozos de cristal, que se le clavaron en sus manos y la hicieron sangrar».

La arrastró

En mayo de 2017, ambos se encontraban en su casa cuando la denunciante le recriminó «las agresiones anteriormente narradas y la presencia de sus hijos durante las mismas». La reacción del Yoyas fue agarrarla por el cuello, «manteniendo la presión mientras la arrastró hasta el salón».

Por su parte, a finales de junio de 2017, tras la última presunta agresión del acusado y manteniendo Fayna «todavía esperanzas de que éste cambiase su conducta en el futuro y así poder retomar la relación», se mudaron con sus hijos a Gran Canaria. Pero el Yoyas, «lejos de modificar su comportamiento, continuó insultando a su esposa, tanto directamente a ella como a través de sus hijos, diciéndoles mediante constantes llamadas de teléfono expresiones como ‘la puta de tu madre’ o ‘qué asco de mujer’», narra la fiscal. Además y «con intención de generar ansiedad y temor en Fayna», el Yoyas «viajó hasta la isla sin aviso, presentándose en la vivienda» de ambos en Agüimes en julio de 2017. Según la fiscal, Fayna Bethencourt presentó el 5 de septiembre de 2017 una primera denuncia por estos hechos, manifestando después en el juzgado su intención de «perdonar al acusado», pidiendo el archivo de las actuaciones.

Pero posteriormente, el 10 de enero de 2018, «con intención de infundir temor en sus hijos, en su mujer y en la nueva pareja de ésta», el Yoyas llamó a su hijo a las 21.06 horas y le dijo «yo ya he visto al gordo asqueroso, ya lo he visto. Que no se preocupe que no lo voy a rajar, que no le voy a reventar la puta cabeza porque le haría un favor, más vale que se entere él solo de quién es tu madre. Ya se enterará, que es lo mejor. No hace falta que la mate yo, cuando se entere de quién es tu madre, verás», narra el escrito. De la misma manera, envió un audio de WhatsApp al móvil del menor diciéndole «sí además el gordo asqueroso, comemierda, motero heavy asqueroso, no le voy a hacer nada hijos míos, decídselo a vuestra madre que no le voy a hacer nada, que no tenga miedito, si ya se dará cuenta él de quién es vuestra madre, no hace falta que yo le haga nada, ahora que yo no me lo cruce, eh!, porque como me lo cruce a lo mejor tiene un puto problema y le arranco todos los dientes».

Finalmente, el 11 de enero de 2018, Fayna Bethencourt después de que a los insultos se añadiesen amenazas de muerte a ella y a su nueva pareja, así como del estado de ansiedad que le generó el Yoyas tras una llamada donde le dijo que estaba en la isla sin haberla avisado, presentó una segunda denuncia en la que narró la situación vivida desde el inicio de su relación y que desembocó en este procedimiento judicial.

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