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San Lorenzo explota su día más grande

San Lorenzo explota su día más grande

El pueblo despliega una actividad frenética de cara a la celebración de la gran quema de fuegos artificiales y de su jornada más importante, con la feria de ganado y la procesión del patrón. El Ayuntamiento esperaba una afluencia de entre 50.000 y 60.000 personas para disfrutar del espectáculo pirotécnico de anoche

Jueves, 1 de enero 1970

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En San Lorenzo todo es superlativo: desde el calor hasta los fuegos que anoche volvieron a tronar haciendo retumbar el espíritu de todo un pueblo; desde los quinientos bocadillos que la comisión de fiestas se afanaba por rellenar con chorizo de Teror hasta las 1.680 latas de cerveza que las hermanas Murillo enfriaban en las neveras de su bazar.

Desde primera hora, la actividad era frenética. En un barrio habituado a la quietud, señales anunciaban la erupción de este magma jolgórico: el trasiego de policías, las revisiones de los bomberos, la inspección de la Guardia Civil, las cuadrillas de Limpieza que no paran, el chirriar de las puertas de los ventorrillos y esa electricidad que se siente ante las ocasiones especiales.

Los más afanados eran la decena de trabajadores de la pirotecnia Piromart, a los que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria encargó el espectáculo de fuegos artificiales. Junto al centro cívico, lo que un agente de la Guardia Civil se empeñaba en llamar la zona cero, los especialistas colocaban numerosos morteros que luego arrojarían luz y estruendo sobre el cielo de San Lorenzo.

El espectáculo pirotécnico de este año estaba llamado a destacar por los sauces llorones y los efectos digitales, programados para el inicio, la mitad y el final del espectáculo. Pero también por el estruendo, ya que este año se emplearon recursos más potentes.

«Me va a dejar temblando el ventorrillo», explica Israel Falcón, que desde hace cinco años se coge vacaciones para montar un carrillo. «Es el mejor cantinero de San Lorenzo», señala al pasar por delante del puesto Ramón Lorenzo Santana, un vecino de la zona.

Celebración familiar

El trabajo que se pega Israel Falcón le reporta beneficios económicos a pesar de que este año subieron los precios de instalación de la cantina un 29%, hasta alcanzar los 1.100 euros. Pero él disfruta sobre todo los ratos que pasa con los amigos que se acumulan al otro lado de la barra. «Me encanta porque estoy con mi gente», explica en uno de los lados de la plaza. Por delante le quedan horas de trabajo hasta que acabe la fiesta. «Me lo pego a pulso porque vivo aquí al lado», sentencia.

Recuerda que antes la fiesta era distinta, con doce puestos de lanzamiento de fuegos frente a los siete actuales. Las medidas de seguridad se han impuesto para tratar de ordenar una celebración pacífica que este año tenía previsto congregar a unas 60.000 personas. Pero el espíritu de la fiesta sigue intacto.

Para Loli y Begoña Murillo, que regentan desde hace dieciséis años el quiosco de la plaza, la alegría es la misma que la sentían cuando eran dos hermanas que venían desde La Paterna para vivir San Lorenzo. Eso sí, ahora, desde el interior de la tiendita tienen que hacer un esfuerzo mayor. Están preparadas para hacer trescientos perritos calientes y vender las 1.680 cervezas que acumulan en sus neveras. Eso sí, la venta se interrumpe cuando llega la hora de los fuegos. «Paramos entre una y una media y luego ya volvemos a abrir hasta las tres de la madrugada», exponen.

El trajín que movía a todo el pueblo se apoderó también de Ramón Lorenzo Santana, que ayudaba a la instalación de los fuegos que convierten a San Lorenzo en un volcán. «Estoy todo el día pegado y de noche, me busco la vida aparcando coches», explicó.

Tras los fuegos de anoche, San Lorenzo vivirá hoy su día grande con la magna procesión del santo patrón, acompañado por la asociación musical Aires de La Aldea, en torno a las 13.00 horas. Pero antes, a partir de las 09.00 horas, se celebrará la tradicional feria de ganado; y en torno a las 12.00 horas, se celebrará la eucaristía.

Por la noche, a partir de las 22.00 horas, se celebrará un homenaje a las madres en un acto presentado por el periodista Tomás Galván. Este año será nombrada madre mayor la vecina Concepción Naranjo Montesdeoca. También se nombrará como vecino predilecto a Yeray Jesús Castellano García.

Además se celebrará el tradicional encendido de velas para pedir, en esta ocasión, el fin de la violencia de género.

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