La bici consagra su año en la GC-1
Fue una declaración de intenciones: la fiesta de la bicicleta se adueñó de la Avenida Marítima como el anuncio de que este año dispondrá de 15 nuevos kilómetros de carriles exclusivos a costa del coche. La cruz de la celebración, que atrajo a 8.000 personas, fue el atasco que sufrió de modo más severo la salida de La Isleta
J. Darriba / Las Palmas de Gran Canaria
Ni los integrantes de la asociación Tenerife por la Bici, un colectivo que trata de fomentar el cambio de movilidad en su isla, quisieron perderse la fiesta de la bicicleta con la que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria clausura la Semana Europea de la Movilidad. «Venimos de un lugar donde hay cero carriles bici y queremos que se propicie un cambio de movilidad y de mentalidad», explicaban desde la rotonda de Belén María el presidente de la plataforma, Luis Prieto, y su secretario, Paco Roda, «esta ciudad es un ejemplo para toda Canarias». Junto a ellos, el presidente de Las Palmas en Bici, Armando Cardona, recordaba que la bicicleta «es una necesidad para la ciudad, para sus personas, para la salud y la economía».
La apuesta por la bicicleta es una herencia que toma forma este año, diez meses después de renovar el sistema público de alquiler con Sitycleta, y a solo unos meses de poner en uso los primeros quince de los veinticinco kilómetros de carriles bici que cambiarán la ciudad.
La celebración de ayer, con los ciclistas ocupando la arteriosclerótica Avenida Marítima, es un augurio de lo que ocurrirá a fin de año: la bicicleta se bajará de la acera para respetar el espacio del peatón y le robará carriles al coche en calles tan importantes como León y Castillo, Eufemiano Jurado, Primero de Mayo, Muro y Paseo de Chil. Además, le quitará plazas de aparcamiento en Malteses, Losero, Francisco Gourié, Salvador Cuyás, Albareda, Juan Rejón, Paseo de San José, Reyes Católicos, Maninidra y Primero de Mayo.
El alcalde de la ciudad, Augusto Hidalgo, explicó que la intención del Consistorio es que el 10% de los desplazamientos de la ciudad se puedan hacer en bicicleta, asumiéndola como un medio de transporte más en la vida diaria. En estos momentos, su peso en el reparto del transporte urbano apenas ronda el 1%. A su lado, el concejal de Movilidad, José Eduardo Ramírez, recordó que el modelo que se quiere imitar es el de Sevilla, donde la bicicleta protagoniza el 7% de los desplazamientos diarios.
La fiesta de la bici arrancó de un modo más tímido que otros años pero al final el Ayuntamiento calculó que unas 8.000 personas participaron de este acto. Se trata de la misma cifra con la que se calculó la asistencia del año pasado.
El corte de la autovía tuvo como consecuencia principal el atasco de la calle León y Castillo, y de manera más severa de la parte baja de La Isleta. Aquí, un trayecto de poco más de un kilómetro requería veinte minutos de conducción en torno a mediodía. También la salida de la urbanización industrial El Sebadal se colapsó en torno a las 14.00 horas.
De hecho, la Policía Local adelantó la apertura al tráfico de la avenida marítima para aliviar la congestión que sufría el istmo de Santa Catalina. En torno a las 14.30 horas se retiraron las vallas y las medidas de seguridad que se instalaron como consecuencia de la situación de alerta antiterrorista.
La fiesta de la bicicleta contó también con la presencia de los representantes de diversos colectivos del taxi (Asprotac, Atlatc y Asalariados del Taxi) que protestaron ante el concejal de Movilidad, José Eduardo Ramírez, y el asesor del área, Heriberto Dávila, por lo que consideran una discriminación de su sector dentro de las políticas de movilidad, la tarifa única y la prohibición de paso por la calle Galicia.