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¿Quién es Robert Maudsley, el verdadero Hannibal Lecter?

¿Quién es Robert Maudsley, el verdadero Hannibal Lecter?

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Este asesino en serie tiene 68 años y permanecerá encerrado todos sus días con una rutina donde solo se le permite ver el sol por una hora

canarias7

Las Palmas de Gran Canaria

Miércoles, 18 de mayo 2022, 09:41

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El documental «HMP Wakefield: Evil Behind Bars» ha vuelto ha popularizar a este asesino en serie por el testimonio del sobrino de Maudsley, Gavin, quien cuenta cómo su tío, muy culto y de voz suave se convirtió en un personaje de criminología, según Telecinco.

Cuenta cómo Maudsley advirtió en una carta que volverá a matar si no lo liberan. Por esta amenaza, decidieron hacerle una jaula de cristal parecida a la de Hannibal Lecter en la película.

¿Cómo es su cárcel de cristal?

Mide 5,5 metros de largo, 4,5 medio de ancho, y tiene unas ventanas a pruebas de balas, donde es vigilado por guardias armados 23 horas al día.

Solo dispone de una mesa y una silla, fabricadas de cartón comprimido, y el inodoro y lavamanos están fijados al suelo.

Robert Maudsley en su particular prisión de Wakefield, Reino Unido
Robert Maudsley en su particular prisión de Wakefield, Reino Unido Telecinco

Llegó a comer trozos de cerebro

El asesino Robert Maudsley fue detenido en 1974 por el asesinato de John Farrell, un joven de 30 años, a quien mató, cuando solo tenía 21 años, en un ataque de ira tras conocer que había abusado sexualmente de niños. Tras el asesinato de Farrel, fue ingresado en un hospital psiquiátrico donde, tres años después, volvió a matar. Con ayuda de un compañero, torturó a otro interno hasta la muerte. La cabeza de la víctima quedó tan destrozada a causa de los golpes que, según se rumoreó entonces, Maudsley se comió trozos de su cerebro con una cuchara practicando así el canibalismo, tal y como quedó reflejado en la película de Ridley Scott.

Maudsley pidió que le dejaran morir

Tras 17 años encerrado (en el año 2000) en su prisión de cristal, Maudsley pidió que le dejaran morir, pero su solicitud fue denegada. Bajo su agonía, él mismo escribió una carta exponiendo en sinsentido que era que le siguieran manteniendo con vida. «¿Para qué sirve tenerme encerrado 23 horas al día? ¿Por qué molestarse en alimentarme y darme una hora de ejercicio al día? ¿Para quién represento un peligro? Por mi tratamiento actual y confinamiento, siento que todo lo que tengo que esperar es un daño psicológico, una enfermedad mental y un probable suicidio«, expuso.

Su frialdad para cometer los asesinatos le llevó a ser conocido como el asesino más peligroso de todo el Reino Unido.

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