Unos se van, otros vuelven y el que la sigue la consigue

En medio de esta efervescencia política, crecía también la expectación del discurso de apertura del candidato de Coalición Canaria a la Presidencia, Fernando Clavijo, que apareció con cierto aire triunfal, repartiendo saludos y algún que otro beso entre los diputados. Era como 'El retorno del Jedi', que tras una temporada en el Senado, volvía a ocupar un puesto destacado en la máxima institución regional dispuesto a 'liberar' (o guiar) a Canarias en la próxima legislatura. El bullicio era evidente en el interior del Parlamento: la prensa luchaba por encontrar su lugar en el gallinero y los asientos reservados para los invitados estaban casi llenos.

En el salón de plenos, una atmósfera cargada de tensión envolvía a los diputados. Era un momento de estrenos y cambios significativos. Los cuatro diputados de Vox ocupaban ahora los asientos que antes pertenecían a Podemos, marcando un cambio en la configuración política de la región que pasa de un extremo a otro. Durante el breve receso entre la intervención del nacionalista y la del resto se escuchaban cuchicheos y análisis sobre un posible ocaso de la democracia.

Llegó el momento de los discursos y el tono del candidato a la presidencia, Fernando Clavijo, se mostró sorprendentemente neutro y calmado, aunque fue ganando fuerza en las réplicas posteriores a los partidos que previsiblemente pasarán a la oposición, comenzando por la del presidente en funciones, Ángel Víctor Torres. El líder de los socialistas fue más bronco en su arranque y sentó el tono del cara a cara con Clavijo, pero esa misma fuerza fue decayendo hacia el final de su intervención, pues entró en un bucle a estas alturas sin objetivo: «CC habrá ganado la Presidencia, pero no las elecciones».

Sin embargo, más agresivo resultó el desencuentro con los nacionalistas de Nueva Canarias. Su portavoz, Luis Campos, salió a defender la gestión de formación como miembro del Pacto de las Flores, para luego ensarzarse en un cruce de reproches cargado de tensiones políticas con el líder de CC. Una política fiscal inestable o el cambio de postura con respecto al Sáhara fueron las principales críticas, pero poco ahondaron en las propuestas de uno y otro de cara al futuro.

Para sorpresa de la Cámara, Vox puso la nota de humor a la tarde. Su portavoz, Nicasio Galván, subió al estrado parlamentario con la ilusión y la inexperiencia del recién llegado que quiere hacerse escuchar. Puso sobre la mesa los temas que enarbola su bandera: la defensa de la familia, la iniciativa privada o el control de la inmigración. Todos ellos puntos de una línea roja que Clavijo aseguró que no iba a cruzar y que CC se encargó de recriminar -indebidamente- desde la propia bancada de la formación. «¿Pero esto es normal?», se rió Galván a coro con el resto de diputados. Nada en política lo es.