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El secretario de Estado de Migraciones, Jesús Perea, junto a responsables de cooperación en Casa África. EFE
El Estado el compromiso para una red de acogida estable en Canarias

El Estado resalta su compromiso para una red de acogida humanitaria estable

El secretario de Migraciones insiste en que Canarias debe estar preparada para afrontar un fenómeno «cada vez más estructural»

Ingrid Ortiz Viera

Las Palmas de Gran Canaria

Viernes, 27 de mayo 2022

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La crisis migratoria de 2020 ha sentado un precedente que ni el Gobierno del Estado ni el de la Comunidad Autónoma quieren repetir. Prueba de ello son los esfuerzos por agilizar el complejo mecanismo de traslados, repatriaciones, control de fronteras y otras políticas que sirvan para hacer frente al desafío del incremento de llegada de pateras.

El secretario de Estado de Migraciones, Jesús Perea, puso de relieve la importancia de este asunto a nivel internacional ayer en el cierre del I Encuentro Monográfico de Comunidades Autónomas Cooperación-Migraciones que se celebró en Casa África.

Resaltó también el compromiso con Canarias por ser uno de los territorios más expuestos y, en concreto, aludió a los trabajos para dotar de una red de acogida humanitaria estable a las islas. El desmantelamiento de las infraestructuras fue uno de los principales motivos que abocaron a unas dos mil personas a hacinarse en el muelle de Arguineguín.

Una mirada a largo plazo

«Gracias a esos esfuerzos, durante el último año no ha habido problemas de saturación de los centros, salvo en los de menores», señaló Perea. «Si algo hemos aprendido es que tenemos que estar preparados y tener capacidad de respuesta para algo que va a ser cada vez menos coyuntural y más estructural».

Para el secretario de Migraciones, otra de las lecciones aprendidas ha sido la de mirar «a largo plazo», por lo que afirma que el refuerzo de los espacios de atención humanitaria no solo permitirá hacer frente a situaciones puntuales, sino que se incluirán en una estrategia poliédrica.

La «volatilidad» de las rutas y las numerosas casuísticas que pueden hacer varias las tendencias migratorias obligan, a su juicio, a reflexionar sobre los posibles enfoques políticos. «Aunque queramos mirar para otro lado, la realidad es tozuda y se acaba imponiendo, pero hay que conciliar el pragmatismo con el realismo», añadió Perea.

El problema de los menores

Fuera de esta red están, de momento, los menores no acompañados, un asunto que si bien compete a la Comunidad Autónoma, Canarias lleva tiempo reclamando ayuda para rebajar la presión en sus centros. Perea defendió que el Estado «está explorando una solución duradera» para su gestión, no solo en lo referente al reparto corresponsable entre el resto de territorios del país, sino también en el reparto competencial entre ministerios.

En este ámbito se ha referido, por otro lado, a los esfuerzos por desatascar el «complejo» mecanismo de la determinación de las pruebas de edad. Según los últimos datos del Ejecutivo regional, un 40% de los menores aún están pendientes del decreto, pese a que el delegado del Gobierno, Anselmo Pestana, anunció la incorporación de más efectivos para agilizar el procedimiento.

En términos generales, Perea reconoció que hace falta una respuesta conjunta para afrontar de manera integral el desafío migratorio. «Las comunidades deben comprender que puede afectar a cualquier territorio», apuntó el dirigente, apelando no solo a la solidaridad del resto de Gobiernos. «A veces esa respuesta no da frutos de carácter inmediato, pero se van a terminar dando», dijo, reconociendo que ha habido implicación en varios territorios.

El diálogo, una pieza clave

Entiende el dirigente que es necesario favorecer un diálogo constante con las distintas administraciones para avanzar hacia una solución, como ya se ha venido haciendo con las autoridades del archipiélago y su gente. «La respuesta de la sociedad canaria ha sido determinante, y ha servido para interiorizar también lo que es la imagen del país», argumentó Jesús Perea.

El secretario de Migraciones quiso llamar la atención, además, de la comunidad internacional como un elemento clave para buscar alternativas a la inmigración irregular y servir de apoyo a los principales países receptores. «Se está trabajando en la inmigración circular, los corredores seguros y otros mecanismos para conseguir regular los flujos -expuso ayer Perea-. Esto no deja de ser una aspiración, pero nos obliga a afrontar una realidad muy compleja, y está claro que no podemos hacerlo solos».

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