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Bravo: «Clavijo dialoga más que Rivero pero tiene las mismas ataduras»

Bravo: «Clavijo dialoga más que Rivero pero tiene las mismas ataduras»

El veterano dirigente oficializa este fin de semana la constitución como partido de su proyecto político, Unidos por Gran Canaria. Habla de cómo se han dado las conversaciones con otras fuerzas, y anuncia coordenadas inamovibles.

Jueves, 1 de enero 1970

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— ¿Qué motiva que Unidos por Gran Canaria pase de coalición electoral a partido al uso?

— En marzo de 2015 constituimos una coalición electoral muy improvisada. Pero con el mensaje claro de la defensa de la isla. Esperamos a los resultados de las elecciones para ver si teníamos nicho, y tuvimos un buen resultado. Cuatro consejeros en el Cabildo, los mismos que Podemos que estaba en la cresta de la ola. Durante este tiempo hemos trabajado intensamente, presentando más de cuarenta mociones en defensa de Gran Canaria. Tenemos un proyecto político, que ahora presentamos en sociedad porque se van acercando los tiempos preelectorales. Y tenemos que lanzar el mensaje de que Gran Canaria se ha ido quedando atrás en el desarrollo autonómico. Tenemos un proyecto para Gran Canaria, que es la isla con mejores condiciones. No queremos pleitismos. Nos basamos en datos.

— Ponga ejemplos...

— El rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria explicó en la apertura del curso que en Canarias, de 62 millones en investigación, solo 15 se han utilizado en Gran Canaria. Eso no es pleitismo, eso es la realidad. Apelamos a que los grancanarios tengan un sentimiento mayor de isla.

— ¿Y eso a qué se debe?

— Entre otras cosas a que Gran Canaria no ha tenido una fuerza política capaz de coordinar y defender los legítimos intereses de la isla. En Tenerife sí lo han hecho de una forma muy acertada desde hace más de 30 años, desde que nació ATI. ¿Es tarde para que Gran Canaria recupere el tiempo perdido? No lo sé. Muchos de los defectos de la isla vienen desde dentro, debemos elevar el nivel de calidad y educación de nuestra gente. Por ejemplo, crear una verdadera escuela de hostelería y potenciar el turismo de manera potente. ¿Cómo podemos presumir de turismo y tener luego una enseñanza que impide que los canarios ocupen puestos de dirección porque no tenemos suficiente formación?

— Dice que su partido será insular, que no insularista...

— Nosotros no nos hemos planteado nunca lo que otros partidos que hubo en Gran Canaria, la doble autonomía. Queremos ser parte de Canarias, pero en el lugar que nos corresponde. Sin islas hegemónicas. No queremos el modelo de antes de 1927 de una provincia única con capitalidad única. Queremos una comunidad autónoma equilibrada, y he luchado por eso desde el principio. Fui ponente del Estatuto de Autonomía, que es el único que tiene dos capitales a la vez. Siempre ha existido un intento de Gran Canaria de equilibrar, por empatar el partido. Pero hay otros que nos quieren golear. Y que nos están goleando.

— Usted ha sido actor político de primera línea durante esos años en los que se ha dado esa inercia que expone...

— Se ha dado un cúmulo de circunstancias, no hay nunca una causa única. Desde el principio, los sectores mediáticos, empresariales y políticos de Tenerife vieron una oportunidad en el desarrollo autónomico de recuperar la hegemonía. Y crearon ATI. La hora de Tenerife, nos dijeron. Porque ellos se habían quedado rezagados con respecto a Gran Canaria. Si nos remontamos a 1982 estábamos por delante de Tenerife en todo: en turismo, en renta per cápita... Y entonces ellos hicieron un movimiento que fue acertado, no lo critico. Lo alabo. Otra cosa es que se hayan pasado y lo hemos consentido. Porque hemos ido aceptando de buen grado, por ejemplo, que en los últimos 22 años, en 18 el presidente ha sido de Tenerife y solo en cuatro de Gran Canaria.

— ¿Ese es el punto de vista que ha convertido a Unidos en un partido seductor para otras fuerzas?

— Me he tropezado con alguna fuerza política que dice que nos ha llamado y le hemos dado con la puerta en las narices. Y no es así. Los pactos preelectorales son normales en democracia. Más transparentes con los electores. Somos un partido de centro, liberal, capaz de pactar, y hay otras fuerzas políticas interesadas en ello porque no tienen suficiente implantación en Gran Canaria o porque si sumáramos los distintas votos le iría mejor. Pero esas conversaciones no han llegado todavía a ningún sitio. Sabemos que el tiempo pasa rápido y estamos cerca de las elecciones. Pero no tenemos ningún acuerdo, y si lo llegamos a tener será en forma de coalición.

— Hablando de coaliciones, ¿qué ha hablado con Coalición Canaria? Hay quien ve contradictorio que dialogue con ellos después de haberlos criticado tanto...

— En una primera pincelada puede parecer contradictorio. Porque a Coalición Canaria le he achacado su sesgo excesivamente orientado a Tenerife, no el resto de sus políticas. Las conversaciones tienen que partir de la realidad; hay que mejorar determinados temas para Gran Canaria. No me podrán discutir que es la isla con más paro; cuando digo que es la que más recauda me lo discuten, pero no me dan cifras de lo contrario. Tengo los datos de Puertos Canarios, que dependen de la comunidad: 360 millones de gasto en inversión, en Gran Canaria solo se gastaron nueve millones, el 3%. Sin embargo, en Tazacorte han hecho un puerto de 100 millones. Si CC quiere ser de verdad ser un proyecto más amplio tienen que reforzarse en Gran Canaria.

— ¿Su experiencia política le lleva a recelar de Coalición Canaria como socio?

— Es que tiene en su ADN que su prioridad es una isla. Y cuando eso no se acepta parece que se desprenden. En su día pudieron ser algo más fuertes en Gran Canaria, con Román Rodríguez o Lorenzo Olarte. Pero tenían un giro más a la izquierda, y quizá por eso no cuajó un proyecto con los sectores más emprendedores y liberales de la sociedad grancanaria. Por eso se justifica nuestra presencia. Porque cubrimos un mercado que nadie cubre.

— ¿Se justifican los choques actuales entre el Cabildo de Gran Canaria y el Ejecutivo regional?

— Creo que Fernando Clavijo tiene un talante mucho más dialogante que Paulino Rivero, pero tiene las mismas ataduras. Es muy negativo que Rivero me negara la prefinanciación de la carretera de La Aldea. O el BIC del Oasis, que luego sí se aplicó al parque García Sanabria de Santa Cruz de Tenerife.

— Explíquenos que pasó, casi en términos futbolísticos, con su ‘fichaje’ por Ciudadanos.

— Debo ser como el Rémy de la política. Que viene de vuelta y hay que aprovechar su experiencia. Ciudadanos es una opción muy importante en España. Desde el punto de vista ideológico para nosotros es perfecto, porque también es liberal y de centro. El problema es que ellos no quieren ir en pactos de coalición, y nosotros nos acabamos de constituir como Unidos por Gran Canaria. Y aquí no está en cuestión una persona, somos un equipo. Lo que yo les he dicho es que se replanteen acuerdos preelectorales, pero yo no estoy en la política para dar saltos. Fundé Unidos porque cuando el PP decide que yo no fuera candidato tenía dos opciones ante esa medida, que fue un error político y a las pruebas me remito: irme a casa o intentar que lo que defendía en el Cabildo se pudiera plasmar en otra formación.

— Dice que la decisión del PP de apartarle fue un error, ¿ahora que hay una nueva directiva en Canarias han intentado recuperarle?

— Bueno, digamos que no. No quiero mirar para el pasado, solo para aprender y corregir errores. Y fue un error. Nosotros teníamos mayoría en el Cabildo y se perdió. Nunca se me han dado explicaciones de por qué se hizo, y tampoco me han pedido disculpas por ello.

Congreso.

Unidos por Gran Canaria celebra este sábado su congreso constituyente como partido político, dejando atrás sus inicios como confluencia electoral. José Miguel Bravo de Laguna será el presidente de la formación, con dos vicepresidentes. El primero será José Francisco Pérez, el segundo Aladino Suárez. No será un congreso al uso, ya que la estructura orgánica ya es conocida. Se trata de dar a conocer de forma simbólica el nuevo paso del proyecto político de Bravo de Laguna, del que se descuelga Ciuca, que prefiere mantener su identidad propia y no integrarse como, por ejemplo, Compromiso, dentro de una rama orgánica del proyecto común del partido de carácter insular.

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