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El drama de la inmigración deja nuevamente cifras escalofriantes. Una media de 16 personas al día murieron en la Ruta Canaria durante 2023: un total de 6.007 que supone casi tres veces más el número de víctimas que se cobró el año anterior (1.784 personas).
Este es el balance del último informe 'Monitoreo Derecho a la Vida' presentado este martes por el colectivo Caminando Fronteras, que sitúa el pasado año como el más mortífero desde que la organización comenzó a tener registros, en 2007.
Además, el trayecto entre África y el archipiélago se coloca como el más letal, concentrando el 90,7% de las 6.618 personas que perecieron en el mar tratando de llegar a costas españolas. Del total de fallecidos, 434 perdieron la vida en la ruta argelina del Mediterráneo occidental; 147 en el Estrecho de Gibraltar y 30, en la ruta de Alborán. Entre el cómputo total, el mar se cobró la vida de 363 mujeres y 384 niños y niñas.
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Durante el pasado año se registraron 128 tragedias en la Ruta Canaria, algunas tan sangrantes como la del cayuco rescatado este 30 de diciembre cerca de la costa de El Hierro. Entre 30 y 40 personas perecieron durante 15 días de travesía, según informaron los supervivientes, que tiraron los cuerpos al mar.
Es solo un ejemplo de lo que ha supuesto la reactivación una de las rutas más largas y peligrosas, que parten desde Senegal, Mauritaria y Gambia hacia la isla herreña, debido a la gran inestabilidad política y social de estos países.
Las duras condiciones meteorológicas en la travesíay el uso de neumáticas, mucho más inestables que las embarcaciones de madera, contribuyen a este tipo de tragedias. Durante el pasado año, estas se extendieron entre las costas del sur de Cabo Bojador y Guelmin, aunque la mayoría de las salidas se produjeron desde Tan Tan, mientras que las pesqueras siguen manteniéndose en los puntos de salida más alejados de Canarias, como son Agadir y Dajla.
363 mujeres
Es el recuento de fallecidas que intentaron llegar a las costas españolas, según afirma la organización en su último informe. A este número se suma la muerte de 384 menores que viajaban solos o acompañados.
84 embarcaciones
Son las que han desaparecido con todas las personas a bordo y de las que no se tienen datos. El balance de tragedias contabilizadas en la Ruta Canaria es de 128.
2.370 víctimas
Los meses de junio y octubre concentran la mayoría de víctimas en el cómputo nacional. En el primero se contabilizaron un total de 1.197 fallecidos, mientras que en el segundo 2.370. El tercer mes más mortífero fue noviembre, con 1.023 víctimas.
«Estas infraembarcaciones en el Atlántico ya significan un alto riesgo para la vida, puesto que la flotabilidad es muy limitada y son mucho más endebles en el océano que en el mar Mediterráneo«, indica Caminando Fronteras.
«Cuando a esto se une que hay varias en el mar al mismo tiempo, es necesario un refuerzo de medios, buena coordinación entre los Estados, y un procesamiento adecuado de la información de las alertas de personas en peligro con el objetivo de no dejar a nadie atrás. Sin embargo, estas prácticas de protección para la vida no se tienen en cuenta porque el foco está en la externalización del control del movimiento«.
En este sentido, la organización vuelve a señalar la falta de protocolos efectivos a nivel interdepartamental e interestatal como uno de los principales causantes del incremento de naufragios. La no activación de medios de rescate o su demora, apunta su coordinadora Helena Maleno, reducen de forma sistemática la protección de la vida.
Por otro lado, señala que a menudo durante 2023 los servicios especializados sólo intervinieron en el momento del rescate a las personas que estaban en la embarcación, pero no continuaron con las labores de búsqueda de posibles supervivientes ni la recuperación de cadáveres.
Maleno también ha denunciado que «se ha establecido en las fronteras del Estado español la omisión del deber de socorro como una práctica de control migratorio».
Según su análisis, los acuerdos bilaterales entre estados como Marruecos, basados en la externalización de fronteras y el uso de vidas humanas como moneda de cambio, lleva a España a «presionar» para que los rescates sean efectuados por terceros países, incluso cuando se tienen medios para ello.
Este drama va aparejado, a su vez, a un repunte que ha avivado la crisis migratoria en el archipiélago. 2023 también marcó un récord en el número de supervivientes que llegaron a las costas canarias: 39.910. Sin embargo, el estudio también alerta de que la mayoría de las personas víctimas de las rutas migratorias fallecen sin que sus cuerpos sean jamás encontrados.
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