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El protagonista de 'Terrifier'. RC
Las claves del fenómeno 'Terrifier'

Las claves del fenómeno 'Terrifier'

Una película de terror de bajo presupuesto se ha colado en la cartelera ofreciendo más asco que miedo. La primera parte está disponible en Prime Video

Miércoles, 22 de marzo 2023, 08:11

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Hace una semanas se estrenó el último fenómeno del cine de terror, 'Terrifier 2', segunda entrega de un filme de culto disponible en Prime Video protagonizado por el enésimo payaso asesino, en esta ocasión Art the Clown, cuya estética ya reina en Halloween, su coto de caza. La plataforma de entretenimiento de Amazon es un cajón de sastre, para lo bueno y lo malo. Su caótico catálogo oferta material, sin un criterio aparente, y puede funcionar como un videoclub a la vieja usanza, cuando los más talludos acudíamos al establecimiento de alquiler del barrio, sin una idea clara, a ver qué pescábamos con alguna oferta 2 x 1 durante el fin de semana.

En el maravilloso -y epatante- mundo del streaming también abundan la serie B y la Z, codeándose con el mainstream. Si antaño nos guiábamos por las carátulas de las cintas en VHS, ahora es parecido cuando husmeamos en el menú bajo demanda, a golpe de mando, intentando elegir algún título escalofriante entre el maremágnum de mini-posters currados malamente con photoshop. Así, 'Terrifier' ha ido ganando adeptos gracias a un look retro que remite al celuloide gore y pringoso de los años 80 y 90. El inicio de la saga en formato largo empezó en 2016, aunque su germen está en una antología de relatos macabros, titulada 'La víspera de Halloweeen', donde ya aparecía el primer esbozo del bufón psicópata, un mimo sádico y repulsivo que disfruta haciendo sufrir a sus víctimas -ya fue un cortometraje en 2011-. Estamos ante un slasher de toda la vida, sin atisbo alguno de originalidad, pero los fans acérrimos del fantaterror de siempre están encantados con las fechorías de este singular criminal, con algún poder sobrenatural, que solo sale a matar la noche del 31 de octubre, una fecha más que señalada para este tipo de trastornos.

Mareos y vómitos en los cines de EE.UU., con alguna estampida en mitad de la proyección, ha alimentado la leyenda de 'Terrifier 2', cuya mayor virtud parece ser la mutilación y la pirotecnia cárnica per se. El show de sangre y vísceras, superior en cantidad, kilos y litros, a su predecesor, no se ha publicitado con la presencia de una ambulancia esperando el desvarío de algún espectador despistado ante lo excesos en la puerta de las salas, como antaño -un reclamo promocional insuperable para el género-, pero la fórmula es evidente y toca exprimirla hasta el punto de que la distribuidora nacional Selecta Vision, especializada en anime, decidió lanzar este enfermizo estreno en nuestro circuito de exhibición presencial con la friolera de 164 copias, para que nos hagamos una idea. Se adelantó a la nueva entrega de 'Scream', amenazando con convertirse en una franquicia similar con una alta rentabilidad, ya que su presupuesto es de risa comparado con otras propuestas actuales en su línea.

Hay que tener en cuenta que el público adicto al cine terror, fans fatales que presumen de serlo continuamente en las redes sociales, es la audiencia más pirata y, probablemente, muchos aficionados ya habrán visto la fiesta de anatomía desatada de Art the Clown en sus casas. El fandom, en su deseo de devorarlo todo y comentar el nuevo hito cinematográfico siniestro antes que nadie en su perfil de Twitter, no tienen ningún reparo en descargar ilegalmente el título del que todo el mundo habla y recomendarlo, hasta con un link, en su muro de Facebook. Si le ha gustado de verdad el espectáculo, quizás se compre la película en soporte físico para nutrir su colección, o la vea otra vez en pantalla grande, pero no suele ser lo habitual aunque sea la excusa que maneja la mayoría para justificar sus maniobras orquestales en la oscuridad de la red.

Horror de videoclub

El cine de terror a la vieja usanza, con más asco que sustos, funciona muy bien en formato doméstico. Así lo ha entendido Damien Leone, el cineasta entregado a la causa que está detrás de 'Terrifier', quien ha seguido empeñado en convertir a su criatura, Art The Clown, interpretado con gracejo y humor negro por David Howard Thornton, en el nuevo Ghostfce o Pennywise. Con la acogida de la retorcida continuación de su sanguinolento retoño ha dado un buen paso adelante y 'Terrifier 3' ya está en fase de producción. Hay quien ve este éxito rotundo, a pesar de su discutible calidad en términos de narrativa -aunque ha mejorado en imagen-, como una respuesta a la moda del terror elevado -representado por películas como 'Midsommar'-, etiqueta que enerva a muchos seguidores de fantástico. Horror visceral frente al relato serio de sensaciones. Delirio e instintos básicos contra la inquietud psicológica.

Lo mejor es el personaje principal, el matarife vestido de blanco, como un arlequín absurdo, que no emite sonido alguno. No habla, solo ejecuta de la manera más horrible imaginable. Con la cara pintada de blanco y un sombrerito negro ridículo, cuando sonríe y asoma sus dientes podridos es cuando nos damos cuenta de que no es trigo limpio. Quizás demasiado tarde, como ocurre a la mayoría de sus víctimas. Art the Clown, heredero decente de Freddy Krueger, ha venido para quedarse y para resucitar una tendencia sobada en un género incombustible. Rescatando una frase tópica: «no apta para estómagos débiles». Ojo, dura más de dos horas, la retina puede acabar quemada, la broma se estira y la reiteración es inevitable en el violento contador de cadáveres.

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