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Un billete para la vuelta al mundo

Jueves, 1 de enero 1970

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El mundo entero se condensa en apenas una decena de naves industriales un año más en la Feria de Turismo (Fitur) 2019. Una cita que comenzó ayer su primera jornada no sin tropiezos, a propósito de la huelga de taxistas que se hizo notar antes, incluso, de que se abrieran las puertas del recinto ferial de Madrid, IFEMA. La concentración del sector bloqueando la entrada y la quema de contenedores se sumó a la visita de los reyes para la inauguración y la frenética llegada de un tropel de visitantes y profesionales que viajaban forzosamente en el metro, aún más abarrotado que de costumbre, lo que obligó a aumentar la seguridad y a ralentizar el acceso.

A pesar de todo, el primer día de Fitur contaba con la novedad y la emoción de los expositores que venían a lucir sus mejores galas. En el rincón de 1.400 metros cuadrados de Canarias se desplegó una auténtica oferta de posibilidades para los turistas que no pararon de atraer a visitantes durante la mañana. El Archipiélago ofrecía detalles tan pintorescos como una piña humana que promocionaba la fruta herreña, la demostración de chácaras y silbo gomero o la representación del Grupo de la Escuela Municipal de Folclore de Adeje, aunque su actuación se vio frustrada después de que en el acceso les obligaran a dejar atrás sus instrumentos.

Entre los pasillos de cada puesto fluía un constante vaivén de gente fotografiando cada rincón (los molinos de Castilla y León, los farolillos de Tailandia, la selva de Costa Rica), degustando productos (jamón, vino, té, dulces) y aplaudiendo alguna demostración (bailes flamencos, artes marciales, showcooking). La reina del carnaval se cruzaba con una geisha, una fallera con un zancudo, dos señores discutían sobre el mejor pincho de Levante, una chica se sentaba para acomodar los folletos acumulados en una bolsa, una artista dibujaba en tela unas flores...

La idiosincrasia de cada territorio estaba debidamente representada en un clima que era, ante todo, de trabajo. Con aún varios días por delante, la feria se presenta en sus primeros días como una oportunidad para estrechar nuevos lazos y afianzar los ya existentes: políticos y empresarios tratarán de cumplir su frenética agenda en una edición que vuelve a batir récord de participación y un gran alcance internacional, con 165 países. Sin embargo, ante la incertidumbre que enfrenta el sector con los acuerdos del brexit, ayer las primeras previsiones y sensaciones personales distaban bastante de parecer dramáticas, y menos en el contexto de esta feria. El objetivo, aseguraron los representantes de las islas, es mantenerse y apuntar al turismo nacional

Fitur es música, es folclore, es paisaje, es artesanía, es ocio, es gastronomía... Uno sale del recinto con ganas de viajar a cualquier parte. Al fin y al cabo, Fitur consigue lo que pretende: que el que llegue se vaya con las ganas de hacer la maleta después de haber adquirido ese primer billete. Una entrada para dar la vuelta al mundo que se ha hecho demasiado corta.

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