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Quien se dé una vuelta por los alrededores del Tribunal Supremo, verá que hay un amplio ramillete de cafeterías y restaurantes. Es la otra cara de la cotidianidad del poder, las de las gratas sobremesas, que nos retrotrae al Madrid galdosiano de la cesantía y demás fábulas políticas de la Primera Restauración que, de algún modo, se repiten en esta segunda experiencia borbónica. Si se consuma la elección de Santiago Pérez como senador de designación autonómica, no será para parapetarse de los reveses judiciales que otros le han señalado, que también, pero será secundario, sino para evitar que el caso Reparos tenga idéntico desenlace que el caso Grúas. Pérez no va a la Cámara Alta para estar a la defensiva sino para contraatacar. Cuestión de la que aún el 'clavijismo' no se ha percatado y que denota bisoñez. El lagunero no se va a Madrid para visitar museos sino para mantener reuniones, establecer contactos y que el teléfono móvil eche humo. Ser senador, del principal grupo parlamentario, facilita ser escuchado y tener acceso tanto a la Fiscalía General del Estado como al Ministerio de Justicia. Ya no será el edil quijotesco contra la maquinaria de ATI sino iremos a una pugna directa entre CC y PSOE. Pérez trataría así de trasladar el campo de juego a la capital del reino o, mejor dicho, acudir allí donde Fernando Clavijo trató de agazaparse amén de la lejanía y el aforamiento fruto de la 'zerolada' consentida por la Cámara canaria. Dicho en plata, el objetivo es diluir el 'efecto Choclán'. Porque con Pérez en el Senado al abrigo de la marca socialista, Manuel Marchena no podrá archivar la causa que pende sobre Clavijo sin más, y menos por segunda vez. Con el caso Reparos embarrado en el Tribunal Supremo, CC estará hipotecada. Y eso cuenta con el aval del PSOE. En términos políticos: es pura dinamita contra CC. Y es, en última instancia, una de las consecuencias de haber atado la organización su futuro a Clavijo. Con el caso Reparos a velocidad de crucero o renqueando por años en el Alto Tribunal, a efectos prácticos es lo mismo, CC estará inmersa en un Vietnam de aquí a 2023.
Miguel Ángel Ramírez figura en la lista de clientes de José Antonio Choclán y, por ende, es el presidente de la Unión Deportiva Las Palmas el que desbroza el camino a Clavijo para que contrate sus servicios. Al principio el exjefe del Ejecutivo mantenía otra defensa letrada pero cuando observó que la cosa se ponía fea y era más sería de lo que él imaginaba, recurrió a Choclán. Con Pérez en Madrid, el duelo se desarrolla en igualdad de armas. Porque podrá codearse con el universo jurídico que rodea al PSOE y, a todas luces, se quiebra la posición supuestamente inalcanzable de la que gozaba Clavijo. Son estrategias procesales de primer nivel que, con Pérez de senador, quedan, cuando menos, amortiguadas.
En definitiva, la presencia del dirigente socialista en el Senado, augura que materialmente habrá caso Reparos. Y el margen de maniobra de Choclán con la Sala Segunda, de lo Penal, del Tribunal Supremo, se reduce o, simplemente, se neutraliza. Una realidad que Marchena no podrá ignorar. De confirmarse, vaticina que los nervios de Clavijo se desaten con la fuerza de antaño. Es humano. Comienza la partida.
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