Pepinazos contra Canarias
Tribuna libre ·
Y nuestras costas, con llegada incesante de inmigrantes. Y La Mareta en verano, con overbooking de la indiferencia presidencial más absoluta. ¿Qué fue del televisado 'Aquarius' llegando a Valencia?
Entre el misil nuclear ruso, y el misil atómico que Corea del Norte ha lanzado sobre las cabezas niponas en dirección al Pacífico, está claro que esta ha sido la semana de los misiles. O de los 'pepinazos'. Término reconocido por la RAE y definido como «Disparo o impacto de un cañón o de cualquier arma pesada». O también como «En el fútbol, lanzamiento muy fuerte del balón».
Metafóricamente hablando, y sin ningún ánimo de trivializar en cuanto a tragedias y riesgos bélicos, pero, por otro lado, intentando relativizar algo el duro y duradero contexto global de crisis (sanitaria, bélica y económica) en la que llevamos, sumergidos, desde marzo de 2020, no hay duda de que esta semana ha sido muy especial en lo que a pepinazos contra Canarias se refiere.
A mi modesto entender, el primer pepinazo -probablemente, el más silencioso, dado el menor impacto mediático- nos llegó el pasado día 3, cuando Sánchez apretó el botón presidencial para convertir a Baleares como una nueva especie de región ultra-periférica (RUP) de la Unión Europea.
Anunciando, con ello, dos grandes proyectos presupuestarios para Baleares.
El primero de esos proyectos, la inclusión, en los próximos presupuestos generales del Estado para 2023, de una bonificación de entre un 10% y un 20% en el impuesto sobre sociedades por la venta de productos agroalimentarios e industriales elaborados en dichas islas. El segundo, su intención de crear una especie de RIC (Reserva para Inversiones en Canarias) para dicho archipiélago. Que allí entiendo se llamaría RIB, Reserva para Inversiones en Baleares. O también 'costilla', rib en inglés.
Para la Unión Europea, regiones ultra-periféricas son aquellos territorios europeos que se encuentran, geográficamente, muy alejados del continente. Territorios que se enfrentan a una serie de dificultades sociales y económicas relacionadas, precisamente, con su lejanía. Por lo que la UE apoya el desarrollo de dichas regiones con toda una serie de mecanismos y ventajas económicas y fiscales que permiten a las RUPs ser, en contraprestación a su lejanía, territorios europeos atractivos para que las empresas inviertan y generen empleo y riqueza, en virtud de dichos mecanismos de protección y desarrollo.
Madeira, también región RUP, se encuentra a una distancia de Lisboa, de 1.041 kilómetros. Canarias, a 1.850 kms. de Madrid. Y Baleares, en medio del Mediterráneo por dónde pasa, además, mucho del tráfico aéreo y marítimo internacional, tanto turístico como logístico, a sólo…540 kilómetros de Madrid. Por lo que, a su estratégica posición geográfica en el Mediterráneo, y a pesar de los rigores de su invierno (apartado en que Canarias sí es imbatible), Baleares puede sumar, en breve, nuevos atractivos fiscales que perjudiquen a nuestro archipiélago a la hora de tratar de captar actividad empresarial nacional e internacional. ¿Qué sería de nuestra Zona Especial Canaria?
Un ejemplo de la imprudencia o irrespetuosidad ministerial de aminorar nuestras ventajas fiscales respecto al territorio peninsular y a Baleares, ya lo pudimos comprobar cuando la señora Montero, Ministra de Hacienda, «pasó por alto» por enésima vez nuestro REF, y puso en serio riesgo, en 2021, el mantener la ventaja competitiva, para Canarias, del diferencial del 80% en la bonificación fiscal para las producciones cinematográficas realizadas en las islas respecto al resto del Estado. Y casi nos quedamos en modo «carta de ajuste».
El segundo pepinazo lo recibimos el martes 4 de octubre, cuando el Ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Sr. Escrivá, respondió en la Cámara Alta a mi compañero y senador, Sergio Ramos, que «a Canarias seguirán llegando migrantes, porque África es África… pero hoy (en Canarias) ya no hay un problema migratorio». Según él, porque «los centros de acogida están ocupados en sólo un 30% de su capacidad». Y la ruta canaria de la muerte, con overbooking de cadáveres. Y nuestras costas, con llegada incesante de inmigrantes. Y La Mareta en verano, con overbooking de la indiferencia presidencial más absoluta. ¿Qué fue del televisado 'Aquarius' llegando a Valencia?
Y el tercer pepinazo, por la escuadra, también el día 4. La nuevamente desconsideración acerca de la gratuidad, en Canarias, de las guaguas en 2023. Sin ni siquiera mencionar un 30 o 50%. Pendientes ahora de la enésima cartita remitida a Madrid. Y al contrario de lo exultantemente anunciado por la misma ministra del 'no al cine en Canarias', María Jesús Montero, respecto a que el Gobierno extenderá a todo 2023 la gratuidad de los trenes de Media Distancia y de Cercanías (léase un Madrid-Salamanca; un Sevilla-Cádiz; un Guadalajara-Estación de Atocha; o un Aranjuez-Chamartín).
Resonando aún en esta 'barra libre' de trenes gratis para los peninsulares, el argumento esgrimido por Pedro Sánchez, tratando de justificar la bonificación del 100% a los trenes en la península, y no a las guaguas en Canarias, por el hecho de que en las islas ya contamos con el 75% del descuento de residente. Y obviando, una vez más, Sánchez, que nuestro 75% de residente canario para el transporte aéreo y marítimo es una medida económica blindada en nuestro Régimen Económico y Fiscal (REF). Y no una medida adicional de carácter temporal, como la gratuidad de trenes y de cercanías, para hacer frente a la inflación e incremento del precio de los transportes y los combustibles.
Hablando de pepinos y pepinazos, el poeta Samuel Johnson escribió en su día que «el pepino debe ser bien laminado, condimentado con pimienta y vinagre, y, a continuación, echado a la basura por inútil».
¡Pues que viva la poesía! Que ya de turismo les vuelvo a hablar otro día.
