El pasado día 21 se hicieron públicos los galardones de este año de los Premios Ambientales Goldman, que fueron entregados el día siguiente en San ... Francisco (EE UU) entre los siete premiados, correspondientes a los espacios de: África, Asia, Europa, América del Norte, Central, Sur y las Islas.
La repercusión mediática de este premio es relativamente limitada en su efecto directo y comparativo, si se valora teniendo en cuenta que en muchos ámbitos se le atribuye el carácter de ser el 'Nobel Verde'. La noticia relevante aquí es que el premiado Carlos Mallo, lo es por su participación y liderazgo en la acción ciudadana que detuvo la construcción del Puerto de Fuensalida en el sur de Tenerife.
Los premios se instituyeron en 1989 por el matrimonio de Richard y Rhoda Goldman para premiar cada año a los «líderes comunitarios de base que han contribuido de forma significativa a proteger el medio ambiente y promover la justicia ambiental, en algunos casos en situaciones difíciles».
Esta característica del premio es de especial importancia, por cuanto se pone énfasis en «las acciones de base generadas, promovidas y desarrolladas con éxito y muy próximas a los actores», en cuanto que promueven la participación ciudadana directa y comprometida, tratando de señalar la importancia y la eficacia de la implicación directa sobre problemas ambientales conocidos, donde alcanzado el éxito los efectos son apreciables de forma muy efectiva por la comunidad implicada.
En los 35 años desde la instauración del premio, ha habido otros dos premios españoles: el físico Pedro Arrojo (2003) por su defensa del agua y los ecosistemas fluviales españoles como bien público y en 2024 Teresa Vicente, abogada y profesora de Filosofía del Derecho, liderando el esfuerzo de protección sobre el Mar Menor (Murcia), consiguiendo que el espacio tenga derechos legales propios (personalidad jurídica) por primera vez en Europa. La variedad temática, la amplia distribución geográfica y el enfoque de la valoración de los premios dan sentido al objetivo de la fundación filantrópica que los promueve.
Cabe hacer una reflexión respecto a la abundancia y variedad de organizaciones filantrópicas americanas con visión global, en relación con las muy pocas que hay en el entorno europeo y español. Esta realidad merece tratar de entender mejor los estímulos que lo hacen posible (dado el potencial que su actividad aporta al permitir abordar temas, objetivos, alcances y ritmos diferentes, más allá de lo que se hace o se puede hacer desde lo público); este conocimiento debería constatar si existen acciones que se puedan concretar para propiciar un avance de este tipo de organizaciones en España y en Europa.
En el caso de Carlos Mallo, un ingeniero de caminos, llegado desde Galicia a Tenerife en 2012 para trabajar en obras de su oficio, queda enganchado en el conocimiento y aprecio del medio marino, cambiando el enfoque de su esfuerzo personal hacia la conservación. Se implicó significativamente en la oposición al
Puerto de Fuensalida (2018), creando Innoceana como herramienta de soporte a la actividad de conservación e impulso para generar información, criterios y movilización; participando en el esfuerzo de recogida de 420.000 firmas en oposición a la construcción del puerto (promovido por la Plataforma Ciudadana Salvar Fuensalida).
La iniciativa de desarrollar el proyecto de construir en Guía de Isora el Puerto de Fuensalida se empieza a plantear formalmente en 1995, en base a la construcción de una isla como centro de la estructura portuaria, que debía soportar: 5 espacios de atraque para grandes buques; una zona deportiva con pantalanes para 467 unidades; 200 plazas de dique seco y una superficie aproximada de 220,000 m2 de polígono portuario.
Es obvio que Carlos Mallo se incorpora de forma efectiva en la última fase del esfuerzo, en que se consigue el acuerdo de desistimiento en el Parlamento en 2021 (tras 20 años de tramitación), lo que se alinea bien con el espíritu del Premio Ambiental Goldman, que pretende poner en valor los esfuerzos colectivos en favor del medio ambiente, premiando directamente a personas líderes de grupos y colectivos amplios que hacen el trabajo y consiguen el éxito en objetivos ambientales concretos y próximos.
El proyecto del Puerto de Fuensalida es un ejemplo típico y claro de realidad actual y futura de «la actividad para resolver necesidades sociales en el medio marino»; en este caso se pretendía dar solución a la congestión creciente en el Puerto de los Cristianos y su entorno como soporte de la conexión marítima desde Tenerife con La Gomera, El Hierro y La Palma.
Necesidad que permanece y acelera continuadamente en este caso, actuando en un espacio bien definido por sus valores naturales, necesitado de conservación especifica: La Zona Especial de Conservación (ZEC) Teno-Rasca (aproximadamente 688 km2 de superficie).
Conviene recordar aquí que una zona ZEC es una fórmula de la protección muy bien definida por la Directiva Europea Hábitats (92/43/CE) que da origen y soporte a la gran Red Natura 2000, dedicada a proteger los hábitats naturales y los espacios silvestres de importancia comunitaria. Las características de esta red se resumen en:
Los espacios que se protegen contienen hábitats o especies que necesitan protección urgente.
Cada una de las ZEC debe tener un plan de gestión que garantice la conservación adecuada de sus valores naturales.
Los Estados miembros son los responsables de impulsar, proteger y gestionar su buen estado ecológico.
La actividad humana (pesca, turismo, construcción...) no está prohibida, pero tiene que ser compatible con los objetivos de conservación.
Esta es la cuestión clave general (de la que el Puerto de Fuensalida es un ejemplo de manual): existe una necesidad socioeconómica clara y una realidad ambiental valiosa; en consecuencia, se ha de encontrar la fórmula adecuada para gestionar esta realidad.
Como en muchas ocasiones, en este caso, se partió de una necesidad real existente y creciente que sigue planteada, a la que se trató de dar una solución técnica basada exclusivamente en la propia necesidad, lo que ha dado origen a situaciones indeseables en muchos lugares y en este caso a la movilización social en la que el galardonado Carlos Mallo ha participado de forma relevante consiguiendo detenerlo.
Los premios Goldman tratan de estimular y premiar ejemplos de que es posible conseguir éxitos de conservación ambiental importantes por la participación social directa; lo que sigue siendo necesario en la actualidad y lo será más probablemente en el futuro. La detención del puerto de Fuensalida es un ejemplo de estos 'casos éxito' que debe estimular el enfoque que los premios promueven.
Es evidente la necesidad de la continuidad en el esfuerzo, tanto en los objetivos ambientales de conservación como en la fórmula de participación social amplia. Carlos lo sigue entendiendo así y desde su organización INNOCEANA lidera un proyecto para la protección de la diversidad macaronésica, una acción de colaboración transnacional para compartir conocimientos, desarrollar estrategias conjuntas y crear soluciones específicas para la protección de los ecosistemas marinos de esta región; el proyecto involucra de forma activa a organizaciones e instituciones de Portugal, Cabo Verde, Senegal, Ghana, Costa de Marfil y Santo Tomé y Príncipe, enmarcado y financiado por la acción transfronteriza europea MAC.
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