Una nueva realidad
Tribuna libre ·
Se abre ante nosotros un enorme escenario virtual donde estamos todos conectados y que nos brinda oportunidades que antes nos parecían imposiblescarolina león
Sábado, 12 de marzo 2022, 10:16
Hoy más que nunca debemos ser honestos con nosotros mismos. Pero honestos de verdad.
Y es que en esta sociedad cada vez más invadida por la tecnología, donde la realidad en la que hemos vivido hasta ahora se ve cada vez más 'asaltada' por diferentes realidades. Realidades virtuales que de forma silenciosa se van introduciendo en nuestro estilo de vida y que van a paso ligero en conquista de nuestra forma de vivir, la honestidad con uno mismo se convierte, ahora más que nunca, en nuestro gran desafío.
Se abre ante nosotros un enorme escenario virtual donde estamos todos conectados y que como consecuencia, nos brinda oportunidades que antes nos parecían imposibles. Es una revolución, sin duda. La revolución de la comunicación y el conocimiento la llaman algunos. Pero también en toda revolución, las personas se dejan llevar por la exaltación de las emociones.
Y de repente, nuestras vidas anónimas pasan de mantenerse en el 'backstage' a subirse al escenario. La necesidad de sentirnos validados en nuestros perfiles virtuales se convierte en una 'imposición' más de esta sociedad. Ya no sólo buscamos validación por parte de nuestra gente, nuestros compañeros de trabajo , nuestras parejas. Sino que ahora necesitamos la validación 'universal'.
Puede ser que el hecho de estar separados por una pantalla nos proporciona de alguna forma una especie de súper poder que nos permite 'disfrazarnos' de actitudes que seguramente frente a frente no nos atreveríamos a mostrar. Y entre tanta purpurina se nos olvida quienes somos en realidad.
Pero no es de extrañar, pues rodeados de permanentes estímulos tentándonos como si de una manzana prohibida se tratara, nos vemos envueltos en una encrucijada constante que curiosamente nos aleja de nuestros propios propósitos mientras nos acerca más a los propósitos de los demás. Y es que contemplamos con anhelo la vida de los otros pero sin tomar las riendas de la nuestra.
Y es que quizás sea ahí, en pleno epicentro del caos, donde debamos detenernos y mirarnos hacia dentro. Empezando por ser honestos. Honestos con lo que sentimos, con lo que pensamos y hacemos. Honestos con nuestros anhelos. Con nuestras necesidades. Con nuestras debilidades. Honestos con nuestra esencia en medio de tanto estímulo, de tanta prisa, de tanta exigencia ahí fuera.
Cierto es que no es tarea fácil , pero es sin duda, la más importante de todas.
Tal vez , la auténtica revolución sea la emocional . Esa que nos empuja a mirarnos hacia dentro . Esa que nos impulsa a ser mejores . Mejores por dentro . En el alma. Que es donde suceden y permanecen las mejores historias.