Moción de censura

El panorama político en España es el fruto de unos comicios limpios celebrados en julio de 2023, que arrojaron como resultado la configuración de un Congreso multipartidista. Cierto que el PP ganó el número de escaños. Pero al final resultó que el PSOE supo liderar una estrategia para mantener a Pedro Sánchez. Y con estos mimbres estamos a las puertas del verano de 2025, a dos años vista, en teoría, de unas nuevas elecciones generales.

Feijóo se muestra rotundo cuando habla de «las cloacas del PSOE». Y a sabiendas entonces de lo que hay. Si realmente es consciente de la magnitud de sus palabras, modestamente me pregunto que qué más necesita el PP para registrar este mismo fin de semana una moción de censura en la Cámara Baja. Si el argumento es meramente numérico, no le queda otra al PP que empezar a negociar, ofreciendo y cediendo. Y si la explicación se basa en que la relación con la mayor parte del arco parlamentario está bajo mínimos, salvaguardando a Vox, pues habrá que invertir esfuerzos y tiempo en convencer a cualquier teórico socio con banco en el Congreso.

Para ser presidente en España se presupone que hace falta tener sentido de Estado. Para gobernar se confía en que primen aspectos como la templanza y la buena cabeza, debiéndose aportar valentía en la toma de decisiones y generosidad personal a raudales. Así las cosas, don Alberto, es ahora el momento. Presente la moción de censura y deje de lado la cansina cosmética efectista.