10 días son 240 horas
«Por favor, hablen, traten, discutan, negocien. Den soluciones del tercer milenio»
Cada persona es un mundo. Y ni siquiera somos iguales ante momentos adversos o dichosos en plena adolescencia, alcanzada la mediana edad o cuando se ... anda en fechas de tener descendencia de tercera o cuarta generación. Con tantas posibles singularidades, no obstante, no creo que sean muy diferentes los sentimientos de pena, desánimo, dolor e insatisfacción llegado el momento de tener que hacer frente a un periodo de duelo, por la pérdida de un ser querido. Quien lo haya sufrido en sus carnes, sabrá que durante un tiempo cuesta ordenar ideas y sentimientos, en el rango emocional. Y si de papeleos se trata, igualmente entra uno en un universo donde el tiempo adquiere enorme relevancia.
Como a todos nos es común, bien porque ya nos ha tocado sufrir algún mal trago, bien porque somos conscientes de que tarde o temprano nos llegará, siempre resulta conveniente sacar a la luz debates, a nivel político y social, que nos ayuden a construir. Por ende, pertinente cuanto menos sí que es que entremos en la dinámica de si conviene o no legislar para que cualquier trabajador pueda disponer de hasta una decena de días de permiso por el deceso de un familiar directo.
En el seno del gobierno hay quien da carta blanca a las 240 horas y hay quien considera que estamos en riesgo de meternos en un jardín que hará mella en las arcas públicas y en las economías de la empresas. En cuanto a la patronal, normal que se recele, pues en riesgo pueden estar las cuentas de resultados del más pintado. De los sindicatos, la reacción al anuncio de Yolanda Díaz, que para adelante, con argumentos básicos. Y entre medias, los ciudadanos de a pie, los que padecemos depresiones, angustias y abatimientos.
El melón está abierto. Por favor, hablen, traten, discutan, negocien. Y den soluciones del tercer milenio.
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