Haces unos días, entre otros ilustres invitados, pasó una divertida tarde en este periódico el capitán de la UD Las Palmas, el tinerfeño Kirian Rodríguez, ... alma indudable del equipo, jugador franquicia, respetado y querido a partes iguales. El centrocampista llegó con ganas de pasar un buen rato, y de hecho fue uno de los más activos de ese famoso curso de arroz celebrado en la sede de CANARIAS7.
Tras la formación, y con el reposo que daba la tranquilidad de saborear los arroces con el resto de participantes, Kirian Rodríguez conquistó a los presentes con una inteligencia, madurez y conversación admirable. Fue, por utilizar un símil deportivo, el revulsivo de la noche, pero no por sus dotes culinarias -que también- sino por su arrolladora personalidad, muy alejada de todos esos tópicos que rodean al fútbol y a los futbolistas.
Compartió con nosotros, un grupo diverso, pero que encajó naturalmente bien, algunos aspectos personales que el resto escuchábamos con atención y cierta fascinación. El que escribe estas líneas, que es también, como él, tinerfeño y aficionado a la UD Las Palmas desde que tiene uso de razón, celebraba internamente el gran valor que tiene el club en este futbolista, sin duda el mejor capitán que puede tener y que, si así se lo propone, puede marcar un antes y un después.
Más allá de la enfermedad que superó, de la que Kirian habla con una firmeza tremenda, este futbolista denota un liderazgo natural que contagia al resto, además de poseer una cabeza muy bien amueblada. Haría bien el equipo amarillo en cuidar bien a esta joya de incalculable valor, pues con él, el futuro deportivo será feliz.
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