Hernández Bento frente al PP
Judicializar un conflicto nunca es la solución. Es el último remedio y aun así tiene consecuencias. Un juicio tiene un coste económico, temporal y emocional. Vamos, se pierde por todos lados. Y no se recupera. No hay sentencia que repare otras cosas que quedan por el camino. De ahí, la importancia de la intermediación. Pero no hay intermediación viable si no se ejerce la empatía y previamente se desprende uno del egoísmo. Estas son reglas básicas que deberían primar en el Derecho privado. Pero también en la vida interna de los partidos políticos donde siempre hay luces y sombras. Y entonces los aspectos negativos malamente los va a resolver un juez por mucho que este ponga todos los esfuerzos de su parte. Porque después del fallo viene el día a día, con sus amaneceres y encontronazos en la calle. Máxime, cuando esto es una isla y antes o después te tropiezas con esa otra persona caminando por la acera.
Es lo primero que pensé al ver a Asier Antona sentado junto a Enrique Hernández Bento porque este último ha judicializado el proceso de elección interna en el PP. Así no se arregla nada. Y menos sentido tiene cuando en su caso se ha dado de baja del partido. Incluso, ganando la pretensión en la vía judicial no es para arrendarle las ganancias. Por supuesto, cada uno tiene derecho a solicitar justicia como considere conveniente dentro del marco establecido. Aunque es mejor sopesar otras cuestiones antes de emprender estos periplos. Sin ir más lejos, Hernández Bento ha sido delegado del Gobierno en Canarias y hombre fuerte de José Manuel Soria en el Ministerio de Industria, Energía y Turismo hasta que este cayó en desgracia al aparecer su nombre en los papeles de Panamá.
En términos políticos, la problemática de ese grupo de los populares isleños es que no aceptan el liderazgo de Antona pues nadie esperó la salida abrupta de Soria. No tuvo tiempo de preparar la sucesión porque nadie esperaba que el ministro en unos días dejase de tener la confianza de Mariano Rajoy. Si no fuera por los papeles de Panamá, en última instancia, las aguas seguirían por el cauce habitual del PP canario. Pero hay un evidente cambio de etapa. Y quien tiene ahora el mando en plaza y la confianza de Rajoy es Antona. Este ganó, con creces, dentro del PP.
Por lo que ni siquiera podríamos hablar de un resultado ajustado que ese posible veredicto haría retornar al punto de salida. No es el caso. Y, por tanto, escasa congruencia tiene. Aunque ya desde fuera, no creo que a Hernández Bento sea lo que más le preocupe.