Tres apuntes para cerrar la semana
Domínguez dejó claro que el pacto no se resentirá por un apoyo de CC a Sánchez
La investidura y el pacto regional. El vicepresidente y consejero de Economía del Gobierno canario, que también es presidente del Partido Popular de Canarias, ... fue muy explícito este viernes en el foro de CANARIAS7 ante una pregunta sobre la posible repercusión en el pacto regional de un voto favorable de Cristina Valido a la investidura de Pedro Sánchez. Manuel Domínguez entró al trapo y dijo abiertamente que no habrá una crisis por ello y que si Coalición Canaria consigue arañarle a Sánchez un mejor trato presupuestario para la islas, pues bienvenido sea. No es un secreto que el PSOE quiere una investidura con el mayor número de votos posible, como tampoco lo es que la pieza clave es Junts. Pero 180 es un número más bonito que 179, y 181 todavía más... A eso se une que tampoco hay que descartar que en el último momento alguno de los cinco parlamentarios de Podemos 'empotrados' en Sumar jueguen a dejar constancia de que no son lo mismo que Yolanda Díaz y se abstenga. Al margen de esas variables, Domínguez subraya la buena relación entre los dos partidos que conforman el Consejo de Gobierno y en su intervención hizo varias alusiones en esa línea al presidente Fernando Clavijo.
Una estrella en Oviedo. Meryl Streep tiene tablas y las posee no solo para ponerse delante de una cámara sino para ganarse al público en vivo y en directo. Lo ha desmostrado estos días en Oviedo, donde ha recibido uno de los Premios Princesa de Asturias. Ella y el escritor nipón Murakami han sido lo más mediáticos y cercanos, pero basta con leer algo de Murakami (un gran escritor) para concluir que no es precisamente la alegría de la huerta. Streep es una diva pero que, por lo que se ha visto, no ejerce de ello. Su simpatía y cercanía deberían ser una lección para quienes, con menos méritos artísticos y menos oficio, encima, sí ejercen de divos en el peor sentido del término.
La imagen de Biden. El presidente de EE UU regresó de su viaje fugaz a Israel y se plantó ante los estadounidenses con un discurso televisado en el que justificó su apoyo a Netanyahu y advirtió de los riesgos a los que se enfrenta Occidente tras la escalada bélica en Oriente Medio y ante la continuidad de guerra de Ucrania. Sobre ambas cosas, nada que objetar en la advertencia, pero viendo a Biden, uno se pregunta si es la persona ideal para este momento tan crucial. No es una cuestión de edadismo, sino de quedarse con la impresión que traslada cada vez que habla. Las dos crisis bélicas son gravísimas y él no da la impresión de ser la solución.
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