Del director
MascarillasDa vergüenza ajena mencionar el papelón de ciertos parlamentarios
Los diputados que integran la comisión parlamentaria de investigación sobre las compras sanitarias en Canarias durante la pandemia le echaron en la mañana y el ... mediodía de este lunes unas cuantas horas a tratar de deshacer la madeja del caso pero, viendo la sesión, quedó claro una vez más que llegan tarde, mal y para casi nada. Suele ocurrir con muchas comisiones de investigación cuando ya existe un procedimiento penal en marcha en los juzgados por los mismos hechos, pero en este caso hay un matiz que supone un agravante en toda regla: algunos de esos diputados tuvieron una oportunidad excepcional para haber hecho mucho más en 2022. Entonces, sin embargo, dejaron pasar el asunto, se limitaron a una faena de aliño y de aquellos polvos, los lodos en los que seguimos a día de hoy.
Sería interesante, e incluso divertido, que el presidente de la comisión parlamentaria ordenase en una sesión revisar lo que pasó en julio de 2022 en sede parlamentaria. Comparecieron entonces Conrado Domínguez, a la sazón director del Servicio Canario de la Salud, y el que era consejero de Sanidad, Blas Trujillo. Lo hacían cuando ya se sabía que la Fiscalía Anticorrupción había detectado indicios de delitos encuadrados en la corrupción en la operación entre el SCS y la empresa RR7. Allí estaban entonces representantes del Grupo Mixto, ASG, Podemos, Nueva Canarias, Coalición Canaria, Partido Popular y Partido Socialista. Y, oh milagro, Conrado Domínguez se encontró con las disculpas de muchos parlamentarios, que poco menos que se excusaban por las dudas en torno a su eficacia en la gestión.
Pero es que cuando dimitió forzado por un Gobierno que se había quemado más de lo aceptable defendiendo que siguiera en el cargo, algunos de esos diputados tampoco movieron un dedo. Por eso creo que sería ejemplar revisar aquella sesión, para que quienes este lunes pretendían ser inquisidores, se vean en el espejo de lo que hicieron (y sobre todo lo que no hicieron entonces). Se resume en esto: fue aquella sesión de julio de 2022 un esperpento del que se salvaron, y es obligado mencionarlos con nombres y apellidos, José Alberto Díaz Estébanez, de Coalición Canaria, y Miguel A. Ponce, del Partido Popular.
Admito que me da vergüenza ajena citar a algunos de los que aquel día fueron a enterrar la dignidad parlamentaria. El que quiera, puede verlo recuperando de la videoteca del Parlamento canario la grabación de la comparecencia.
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