Callejón sin salida

Recurrir a atajos en vez de afrontar, en serio, los problemas pendientes, suele con el tiempo empeorar las cosas. Si tanto trata CC de desestabilizar al Gobierno actual será entonces, porque es lo que subyace, que realmente la que está desestabilizada es CC. Y es que antes de entrar en materia hay que considerar don claves esenciales. Primera, quien ostente la Presidencia de Canarias al final del presente mandato cuando regladamente toca que se consuma, será el favorito para ganar las elecciones en 2023; sea, a efectos prácticos, en votos y/o escaños. Segundo, el tiempo corre a favor de Ángel Víctor Torres y en contra de Fernando Clavijo.

CC acaba de salir de un proceso congresual y la única salida que Clavijo aporta es hacer presidente a Casimiro Curbelo. Pero eso no le garantizará nada a CC pues en 2023 ASG, por descontado, no ganará los comicios ni implicará necesariamente que CC supere al PSOE. Dicho en plata, es hacer a Curbelo jefe del Ejecutivo para generar en CC un liderazgo institucional que ni será Clavijo ni Ana Oramas. El vicepresidente debe ser parlamentario (artículo 49.2 del Estatuto de Autonomía de Canarias) por lo que CC potenciaría hipotéticamente a un tercero que supuestamente no será luego candidato en 2023. ¿O es que entonces la Vicepresidencia sería para el PP y CC se quedaría ahora ceñida tan solo a gestionar consejerías?

De verdad, ¿el horizonte de CC se reduce a hacer a Curbelo presidente? ¿Ese es el margen de maniobra que le resta a un partido que ha gobernado Canarias desde 1993 hasta 2019? Aunque la CC última tenga poco que ver con la de sus inicios y la de un largo trecho de su andadura. Hay dirigentes nacionalistas que disponen de capacidad y trienios para analizar con mayor profundidad la situación en la que se halla CC y que no es casualidad sino producto de errores propios en la última etapa y la no asimilación de la irrupción del multipartidismo. La organización que ostentó la centralidad del sistema de partidos durante décadas, acaba tan arrinconada que tan solo puede proponer al líder de otro partido, de ámbito insular, como jefe del Ejecutivo.

Difícilmente el que ha llevado a CC a este trance es el idóneo para resolver semejante encrucijada. Pero en la cita congresual legítimamente decidieron ponerse en manos de Clavijo. Recalco: para Torres es factible continuar una segunda legislatura en Presidencia. El PSOE podrá padecer un desgaste en las urnas pero no se desmoronará. Si CC no ha desaparecido tras perder el poder en 2019, el PSOE tampoco lo hará aunque Curbelo guiase esa pretérita moción de censura pretendida por Clavijo. Asistimos a un juego de equilibrios que precisa movimientosmeditados y alejados del cortoplacismo. Ciertamente, al margen de la oferta a Curbelo, hoy por hoy el mejor de los escenarios que le espera en 2023 a CC es el menú clásico de las tres consejerías y regir el Parlamento como socio secundario. Numerosos elementos presagian que no recuperará la Presidencia, al menos, hasta 2027.