'¡Me cago en Godard!'

Que nadie se espante. El título de este artículo no es un insulto. Bueno, en realidad sí lo es pero no va contra nadie. Ni siquiera contra el cineasta francés Jean Luc Godard. Es el título del libro del periodista y crítico de cine Pedro Vallín, y es el libro con el que posa Pablo Iglesias en la foto publicada ayer por el periódico 'La Vanguardia' para anunciar que se ha cortado la coleta.

Tiene una explicación el asunto: Vallín es periodista de 'La Vanguardia' y su obra es tan provocadora como la propia imagen de Iglesias. No porque el hombre decida cambiar de aspecto, sino porque lo de cortarse la coleta suena a taurino, que en los tiempos actuales es como hablar de Díaz Ayuso o Vox, erigidos en defensores de la tauromaquia frente a -se supone- el furor antitaurino de Podemos y otras formaciones políticas de izquierdas.

Pero vayamos al libro. '¡Me cago en Godard!' es un ensayo tan provocador como ingenioso, divertido y a ratos delicioso. El autor defiende que el cine norteamericano de los años 80 no era tan malo como nos hizo creer buena parte de la crítica -sobre todo la europea- y que el cine intelectual y comprometido del Viejo Continente es bastante insoportable... pero casi nadie se atreve a decirlo. Yde eso va el libro: de un tipo que ajusta cuentas con la crítica tradicional y reivindica el entretenimiento puro. Al menos esa es la apariencia porque cuando se rasca un poco, da la sensación de que el autor está jugando con el propio lector y lo está enredando en una trampa. Todo ello adornado con un repaso a la historia del séptimo arte y su diferente evolución en Europa y en Estados Unidos, con un detallado análisis de algunos de los géneros más populares del cine.

Sea o no del todo verdad que Vallín cree a pie juntillas lo que dice, lo cierto es que Iglesias eligió a conciencia el libro. No solo para halagar al autor de la información y, de paso, contribuir a la venta de más ejemplares, sino porque entra en el juego de la provocación que sostiene el ensayo de marras. Es como si Iglesias le estuviese diciendo a sus enemigos:«Pues también yo paso de los principios ideológicos de la izquierda y ahora voy a abrazar las teorías liberales». Estaríamos, por tanto, ante un Iglesias que parece liberarse de las ataduras anteriores, derivadas del cargo de vicepresidente y líder de Podemos, y ahora quiere llamar la atención a base de provocaciones y reinvenciones. Veremos lo que da de sí y cuánto tarda en volver al que fue hasta ayer mismo.

Mientras, busquen el libro. Vale la pena dejarse tentar por la provocación.