Bravo traiciona a Gran Canaria

Hace tiempo que el viejo político canario viene hablando con el presidente del Gobierno para poner a su disposición Unidos por Gran Canaria, partido que formó a toda prisa después de que el PP no renovara su candidatura al Cabildo. Se trata de una formación de restos, una amalgama de partidos, alguno de escasa reputación, como Ciuca. Un partido político nacido con vocación de ser bisagra en las instituciones en las que se presentaba y con un ideario surgido de la experiencia de agravios y abandonos de Gran Canaria por parte de ATI.

No fueron pocos los datos, argumentarios y estudios que Bravo de Laguna presentó, en público y en privado, a los periodistas para convencernos del daño que Coalición Canaria estaba haciendo a Gran Canaria. Hoy no logro explicarme, entender, comprender dónde ha quedado la palabra de José Miguel Bravo, cuando arremetió, una y otra vez, contra ATI por los desequilibrios a los que sometía a Gran Canaria. Son muchas las entrevistas y titulares que Bravo nos proporcionó, y que le valieron otra intensa campaña del régimen en su contra para tacharlo de insularista.

Desde que José Miguel Bravo inició las conversaciones con Fernando Clavijo para ser la marca de ATI en Gran Canaria, se ha esforzado en explicar, a quien ha querido escucharlo, que lo hace “por el bien de Gran Canaria”. Argumenta que se trata de un acuerdo por el que el Gobierno de Canarias, Clavijo, se compromete a invertir en esta isla, aventurándose a dar una cifra concreta. El argumento es un insulto y revela el grado de perversión que esconde ese acuerdo. Clavijo está obligado a invertir en Gran Canaria aunque en esta isla no tenga ni un solo diputado, ni un solo aliado, aunque no obtenga ni un solo voto. En segundo lugar, el argumento que esgrime Bravo de Laguna para justificar su posición confirma el modo de conducirse que tiene Clavijo, y de quien lo piensa respaldar. Invierte en las islas donde tiene aliados y castiga a las que están en la oposición. Eso es lo que está haciendo, en este momento, y es lo que denunció el mismo José Miguel Bravo de Laguna primero, y, ahora Antonio Morales, con la diferencia de que el primero ha decidido unirse al régimen, ser una boca más de las alimentadas por el dinero público que maneja ATI, repartiéndolo de forma clientelar en toda Canarias.

Con todos mis respetos, Bravo de Laguna se va a convertir en un cliente más de Clavijo, en uno de sus esbirros, en un cualificado hombre del régimen, en uno de los primeros servidores de la ATI que ha combatido. Va a enterrar años de servicio, prestigio, reconocimiento, razones, verdades y amigos. Aquí me permito una afirmación personal y arriesgada. Ya no me creo que esto lo haga por Gran Canaria. Más bien creo que lo hace por el mismo, en un intento desesperado de agarrar una parte de la tarta del poder. ¿Qué ha ofrecido Clavijo a Bravo de Laguna? Posiblemente, como se rumorea, el Puerto de la Luz, y algunas áreas del próximo Gobierno, lo suficientemente alejadas de los focos para evitar la exposición y desde la que manejar algunas buenas partidas y proyectos.

Creo que hay otro motivo para que Bravo de Laguna esté entregado a ATI, la necesidad enfermiza de estar en la pomada, en el poder, de pisar alfombras, tener coche oficial o premiar y castigar a amigos y enemigos, de seguir siendo alguien en lo público, quizás porque en lo privado no encuentra el camino correcto.

Algunos de sus amigos del PP se preocuparon de ofrecer a Bravo una retirada digna, un puesto en alguno de los órganos que se repartieron los partidos políticos. Tiene el perfil perfecto para hacer de sabio de la tribu, mantener la independencia y el reconocimiento público, pero dijo que no. Se negó a retirarse con dignidad para meterse de lleno en la ciénaga que tanto denunció López Aguilar y que con Clavijo ha ensanchado sus límites engullendo la dignidad de muchos, como la de Bravo de Laguna.

En este proceso de iniciación en el régimen, de entrada en la charca, no logro entender dónde ha quedado la verdad y la dignidad personal de José Miguel Bravo de Laguna, ahora conferenciante del periódico que más portadas ha dedicado a desprestigiarle, a él, a su despacho, a su hijo Lucas, a su familia y a personas muy cercanas, demasiado cercanas como para merecer portadas y artículos insinuosos. Quizás, como algunos me han dicho muchas veces, incluso con papeles en la mano, con Bravo estoy equivocado hace mucho tiempo. Quizás tenga que admitir la verdad y reconocer que éste es sólo un paso más en su obsesiva carrera por el poder y la posición. El acuerdo con Clavijo borra de un plumazo las pocas líneas rojas que su conciencia puso en algún momento de su historia al servicio de las islas Canarias.