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Acuérdate de abril es el título de una de las más populares canciones del cubano Amaury Pérez, que ha desarrollado su carrera musical entre México y La Habana, donde ahora presenta un popular programa de televisión. Aunque en este caso me acordé de abril por la celebración entonces, en ese mes pero en el año 1979, de las primeras elecciones municipales democráticas tras la dictadura franquista. Aquellos ayuntamientos salidos de las urnas serían claves en el inicio de una profunda transformación de nuestras ciudades y pueblos, entonces con graves carencias en infraestructuras y servicios.

Pese a la muy reciente victoria de la UCD en las generales celebradas en marzo, la izquierda, gracias a los pactos entre el PSOE y el PCE, se hizo con el poder en muchas capitales, entre ellas Madrid, con el inolvidable Enrique Tierno Galván, el viejo profesor integrado en el PSOE tras los escasos resultados de su PSP en 1977. También en Barcelona, con Narcís Serra, luego ministro de Defensa en el primer gobierno de Felipe González. Zaragoza, Valladolid y Valencia también serían para las izquierdas, mientras que el PNV lograría las alcaldías de las tres provincias vascas y los andalucistas del PSA en Sevilla.

En Canarias los destinos de las ciudades más pobladas, Las Palmas de Gran Canaria, Santa Cruz de Tenerife, La Laguna y Telde, fueron bien distintos. Con cuatro siglas al mando: UPC, UCD, PSOE y AV. Dos formaciones estatalistas y dos canaristas o ,si prefieren, una conservadora y tres de corte progresista. Y sin mayorías absolutas, en todos los casos fueron necesarios pactos de gobernabilidad.

En Las Palmas de Gran Canaria, la gran sorpresa de aquella cita con las urnas, acabaría gobernando la Unión del Pueblo Canario (UPC), gracias a un pacto con el PSOE y Asamblea de Vecinos que daría la alcaldía a Manuel Bermejo Pérez. Acuerdo que duraría apenas año y medio, cuando, tras muchos desencuentros entre las formaciones progresistas, el PSOE, con apenas cuatro concejales de los 29 de la corporación, pactó con UCD para poner al frente del ayuntamiento al histórico socialista Juan Rodríguez Doreste. Fue, que recuerde, el primer pacto entre las dos grandes formaciones del bipartidismo en una institución relevante. El miedo al nacionalismo autodeterminista estuvo, con toda seguridad, detrás del mismo.

Hermoso. En Santa Cruz de Tenerife la UCD, con Manuel Hermoso Rojas al frente de la plancha, sale elegido alcalde con los 10 votos de su grupo, mientras que el resto de partidos optó por votar a sus respectivas cabezas de lista. UPC también consigue un gran resultado, seis concejales, por delante de los socialistas, que obtienen cinco. Y el PCE también logra formar parte de aquella corporación municipal santacrucera con dos ediles. Hermoso repetiría, durante varios mandatos, con amplias mayorías absolutas, antes de dar el salto a la política autonómica, en la que sería vicepresidente del Gobierno (1991/1993) y, tras la moción de censura a Jerónimo Saavedra titular del Ejecutivo, a partir de 1993. Repitiendo como presidente tras los comicios de 1995.

Mientras, en La Laguna el PSOE obtiene el bastón de mando para el pintor Pedro González, años más tarde, en 1988, reconocido con el Premio Canarias de Bellas Artes. Lo hace con una mayoría de izquierdas en la que también participan UPC, una asociación vecinal de Aguere y el PCE. Atraviesan sus momentos críticos, en parte contagiados por lo sucedido en Las Palmas de Gran Canaria, pero González logra finalizar su mandato y repetiría al frente de la corporación, ya con mayoría absoluta, en 1983.

Por último, en Telde es una agrupación local, Asamblea de Vecinos, quien obtiene la alcaldía para Francisco Aureliano Santiago Castellano, que estaría muchos años ejerciendo esa responsabilidad, primero con CC y más tarde con NC. Aunque, al igual que en Las Palmas de Gran Canaria y La Laguna, UCD fue la plancha más votada, un pacto entre AV, el PCE, PSOE y un grupo local impide que los centristas gobiernen en la ciudad de los faycanes.

Asamblea. UPC, AV (esta última en Gran Canaria) y, en Fuerteventura, Asamblea Majorera, constituían el fenómeno diferenciador en estos comicios, al ser fuerzas genuinamente canarias, sin vinculación con los partidos estatales. AV gana la alcaldía de Santa Lucía, en Gran Canaria, con Carmelo Ramírez, el alcalde más joven de España tras aquellos comicios que devolvían la democracia a los ayuntamientos. Mientras que AM logra las de Pájara y Tuineje. Tendría que esperar hasta el 83 para alcanzar la de Puerto del Rosario/Puerto Cabras.

UCD ganó globalmente las municipales en las Islas con un total de 591 concejales y concejalas electas, por delante de distintos grupos independientes (303), PSOE (214), PCE (38), UPC (29), Coalición Democrática (30), Democracia Municipal (3), Partido del Trabajo de las Islas Canarias, PTIC (2) y Organización Revolucionaria de Trabajadores, ORT (1).

La abstención alcanzó el 43,13% del total del electorado, cuyo censo se situaba entonces en 881.097 personas. Pero con diferencias notables entre las islas orientales y las occidentales. Mientras que en Las Palmas fue del 36,07%, en Santa Cruz de Tenerife la abstención se elevó hasta el 49,51%, es decir, trece puntos porcentuales más y casi la mitad de los convocados a las urnas.

En los cabildos, UCD ganó en todos de manera clara, a excepción de las islas de Fuerteventura, en el que venció Asamblea Majorera, y El Hierro, donde AHI fue la fuerza más votada.

El mapa político local cambiaría, y mucho, en los siguientes comicios, en 1983. Con la desaparición de UCD, la bajada sustancial de UPC y el incremento significativo del PSOE, que se colocaría destacado como primera fuerza política municipalista de las Islas. La distribución de ediles sería entonces como sigue entre los principales partidos: PSOE (402), independientes (372), AP-PDP-UL (280), CDS (64), PCE (30), AC (30), PPC (17) y UPC (12). Pero ya ninguna de las elecciones municipales volvería a celebrarse en el mes de abril, «recuerda, la limpia palidez de sus mañanas, no sea que el invierno vuelva y el frío te desgarre el alma». A algunos se la desgarró el resultado en la urnas.

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