Encuentros en la tercera fase
Siempre creemos que los extraterrestres tienen perversas intenciones. Nadie viene desde tan lejos para dar los buenos días. En el universo interestelar, educación, la justa. La literatura y el cine de ciencia ficción nos inculcaron que cuando se aterriza en un descampado se llega con ganas de avasallar. Solo Steven Spielberg y la banda sonora de John Williams -bendito Princesa de Asturias- se atrevieron a romper esa teoría en 1977 con unos Encuentros en la tercera fase que demostraron que el diálogo entre diferentes es posible. ¿Logrará ahora Pedro Sánchez interpretar la cinco notas míticas que atraerán a sus socios de otras galaxias a aprobar los deseados presupuestos?
Superado lo peor de la pandemia y con más media España en la recta final de la desescalada, el gran reto que debe afrontar el Ejecutivo socialista es pasar página a las cuentas de Rajoy de ¡2018! y aprobar una nueva arquitectura presupuestaria que sustente al programa de gobierno progresista. La crisis aparcó esa prioridad básica, pero precisamente los enormes retos que deja por delante obligan al equipo de Sánchez a lanzar una nueva misión al espacio.
Tras el «Houston tenemos un problema» del pacto con Bildu, la votación de la sexta y última prórroga del estado de alarma evidencia que sigue existiendo algo de vida inteligente en el Congreso. Pasado al peligro de inminente de explosión, los socios de la investidura navegan ahora en buena órbita, algo difícil de afirmar hace tan solo 15 días: el PNV sigue en su traje de fiel astronauta, adicto al oxígeno que proporciona puntualmente Madrid; ERC vuelve a hablar de mesa de diálogo con mirada soñadora clavada en el más allá; y Podemos permanece en el puente de mando de la nave tras lanzar su meteorito del Ingreso Mínimo Vital.
Las cuentas empiezan a salirle al PSOE pese a su arriesgada maniobra de «geometría variable» en medio de la Guerra de las Galaxias con el PP y Vox. Con la derecha más echada al monte que nunca, Pedro Sánchez emprenderá en días la negociación de unos presupuestos que permitan dar cierta solidez a la legislatura. Incluso Ciudadanos, CC, NC y otros alienígenas antes muy ariscos podrían sumarse ahora a esta invasión de los extraterrestres buenos. El objetivo es tener ese proyecto de ley después del verano, para que pueda ser aprobado antes de final de año y plantar una bandera en la luna que acabe con las dudas sobre la estabilidad del pacto con Podemos. Si se logran los 177 síes de la votación de la semana pasada, el Gobierno ya podrá tocar las estrellas. Preparados pues para unos nuevos Encuentros en la tercera fase. En nada reabrirán los cines.
